ALMENDRAL: - ¡Ah!... -dice con fiero acento....

- ¡Ah!... -dice con fiero acento.
- ¡Ah!.. -vuelve a decir gozoso.
- ¡Ah!.. -repite venturoso.
- ¡Ah!.. -otra vez, y así, hasta ciento.

Trepa que trepa que trepa,
sube que sube que sube,
en brazos cae de un querube,
la hija del conde, la Pepa.
En lujoso camarín
introduce a su adorado,
y al notar que está mojado
le seca bien con serrín.

-Lisardo... Mi bien, mi anhelo,
único ser que yo adoro,
el de los cabellos de oro,
el de la nariz de cielo,

¿Qué sientes, di, dueño mío?,
¿No sientes nada a mi lado?,
¿Que sientes, Lisardo amado?
Y él responde: -Siento frío.

Conde Sisebuto.