Aparte del tragicómico espectáculo que se vivió en el almendral en la municipales pasadas, que sólo son explicables por la idiosincrasia del lugar, mocita; me temo mucho que vamos a echar en falta en la era que ahora empieza, esa voz crítica con ciertas políticas económicas conservadoras o la no profundización en el avance de los derechos y de las libertades.
Si se sabe que el 86% de las grandes fortunas españolas, con un patrimonio superior a los diez millones de euros, no declara el impuesto sobre el patrimonio; en un país como el nuestro donde el fraude fiscal representa el 23% del PIB, ¿quien exigirá más transparencia en la relación de los partidos con los bancos y caixas varias?, como la “prohibida condonación” de intereses de la que se han beneficiado algunos partidos, ¿quien mantendrá enhiesta la bandera de la lucha anticorrupción en la planificación urbana, exigiendo eficaz respuesta a las demandas del pueblo llano, haciendo frente de forma abierta y eficaz al urbanismo basura? ¿Quien dirá que ya es hora que se tipifique como delito la ilicitud del enriquecimiento de funcionarios gracias al cargo; ¿quien evitará sentencias de absolución como la de los Albertos obtenidas gracias a la prescripción de los plazos?
La IU más o menos unida casi ha desaparecido gracias a la Ley de Homs y la forma tan descarada en que la televisión pública, que se financia con recursos públicos, ha llevado el proceso, presentándolo como si la cosa fuera solo entre dos púgiles, sin siquiera tener en cuenta que en una sociedad plural, diversa y con cuatro lenguas principales, como es la nuestra, los carros que tiran de ella, no sólo tienen dos ruedas.
No quiero extenderme más recia moza, otro día hablaremos de los derechos de los emigrantes, de la interrupción del embarazo, de la xenofobia que nos invade galopante, del derecho a morir dignamente y hasta de las normas y multas de tráfico que inventan los señores condes y del precio de los carburantes.
Salud.
Si se sabe que el 86% de las grandes fortunas españolas, con un patrimonio superior a los diez millones de euros, no declara el impuesto sobre el patrimonio; en un país como el nuestro donde el fraude fiscal representa el 23% del PIB, ¿quien exigirá más transparencia en la relación de los partidos con los bancos y caixas varias?, como la “prohibida condonación” de intereses de la que se han beneficiado algunos partidos, ¿quien mantendrá enhiesta la bandera de la lucha anticorrupción en la planificación urbana, exigiendo eficaz respuesta a las demandas del pueblo llano, haciendo frente de forma abierta y eficaz al urbanismo basura? ¿Quien dirá que ya es hora que se tipifique como delito la ilicitud del enriquecimiento de funcionarios gracias al cargo; ¿quien evitará sentencias de absolución como la de los Albertos obtenidas gracias a la prescripción de los plazos?
La IU más o menos unida casi ha desaparecido gracias a la Ley de Homs y la forma tan descarada en que la televisión pública, que se financia con recursos públicos, ha llevado el proceso, presentándolo como si la cosa fuera solo entre dos púgiles, sin siquiera tener en cuenta que en una sociedad plural, diversa y con cuatro lenguas principales, como es la nuestra, los carros que tiran de ella, no sólo tienen dos ruedas.
No quiero extenderme más recia moza, otro día hablaremos de los derechos de los emigrantes, de la interrupción del embarazo, de la xenofobia que nos invade galopante, del derecho a morir dignamente y hasta de las normas y multas de tráfico que inventan los señores condes y del precio de los carburantes.
Salud.