Piensa el mangoneador que todos son de su opinión. Por un lado justifica lo injustificable y por otro exige ética, naturalmente, siempre que se interprete como ético lo que a él o a su grupo le interesa. Con astucia sibilina y apoyo farisaico desvía el tema y sigue erre que erre aplicando la consigna general que cada día usa la formación de todos conocida, pensando quizás, que el debilitar a su contrincante siempre les favorece, o sea, el divide y vencerás de siempre . Pero esto es Almendral y lo que se pretende es elegir a quienes van a representarla en los siguiente cuatro años y no es de recibo que el que chaquetea con tanta prontitud al enterarse que no es el elegido, represente a nada ni a nadie. De todas formas, Roma no paga traidores.
Vizcaíno.
Vizcaíno.