Comprobado etéreo, no les aplaudieron, pero debían de haberlo hecho. ¿Tu te imaginas que después de abandonar al partido que siempre te ayudó, encabezar a la nueva facción con malévola intención, irrumpas en su apoteosis final con táctica siciliana para aguarles la verbena e insultar al orador? Se que tu no lo harías por mínimo sentido común, pero ellos, troyanos mal aconsejados, jaleados por el morapio y los corderos con garras, lo hicieron, y a fe, que sus epidermis faciales no fueron ablandadas, pero la verdad, lo debió ser, como premio merecido a su insensibilidad. Dijo muy seria la mocita colocándose bien una rosa nueva en la oreja y otra en lo alto del moño.
Salud.
Salud.