Quiero que me arreglen bien el parque y la fuente que la dejen reluciente como los chorros del oro, que si me pongo malo no me muera esperando una ambulancia. Que me hagan un sitio por donde poder pasar cuando voy y vengo a la fábrica de La Torre, aunque vaya acompañado de la papalina, y pongan más almendros porque en primavera adornan y luego dan frutos que se comen y trabajo para el jardinero que los cuida y limpia la fusca que sueltan. También que los más chicos no se vayan de parranda al lejío cuando hay verbena a jartase de etílico. Que si se quieren jartá, que lo hagan con nosotros, que también tenemos derecho y que no seamos tan garrulillos cobrándole más a los naturales que visitan el pueblo en el verano, que eso está muy feo. Me gustaría que las plazas sean centro de reunión y convivencia, donde las gentes no estén separada por las apariencias del quiero y no puedo, donde se hable de lo divino y de lo humano sin que nadie eluda o mire despectivamente a los que considera que no son de su mundo, y que esto sea igual en los locales de ocio. No quiero repipis ni diocesillos, sean del género que sean, ni individuos o individuas envidiosas o malidiosas de los que ven la paja en el ojo de los demás. Y si de higos a brevas alguien del pueblo va a ver es sitio donde nació o a enseñárselo a sus hijos o nietos , lo saluden y no hagan como que no lo ven.
Dudo que estos deseos se cumplan.
Salud.
Dudo que estos deseos se cumplan.
Salud.