Como no son horas de pensar en presupuestos inflados, de componendas, de tergiversaciones, de vil dinero que mancha y limpia las manos haciendo del patán señor y del hidalgo pordiosero, ahora, a estas horas Duendin, te voy a dar una rosa roja y fresca para que se la regales a la nativa de Magdala, esa mujer que sabe más que nosotros porque ha estudiado en la universidad de los tiempos. Mira si es sabihonda que no ceja en echar agua en los caños de mi pedestal. Agua, que es fuente de vida y renovación.
No te cuento, porque sabes casi lo mismo que yo, que los cárnicos se comportan al mismo compás de las ondas de la mar. Ora hacia adelante, ora hacia atrás. Vaivén eterno y muy humano. Ahora esto está bien, ahora lo mismo está mal. Si me interesa, vale, que corra el rumor, si no, embestida frontal.
Mira guripa, no hace tanto que pasó lo que pasó. Los que ahora dicen blanco, dijeron negro y, quienes dijeron negro, ahora dicen que es blanco. Tranquilo fantoche, sigue viviendo y verás.
Salud.
No te cuento, porque sabes casi lo mismo que yo, que los cárnicos se comportan al mismo compás de las ondas de la mar. Ora hacia adelante, ora hacia atrás. Vaivén eterno y muy humano. Ahora esto está bien, ahora lo mismo está mal. Si me interesa, vale, que corra el rumor, si no, embestida frontal.
Mira guripa, no hace tanto que pasó lo que pasó. Los que ahora dicen blanco, dijeron negro y, quienes dijeron negro, ahora dicen que es blanco. Tranquilo fantoche, sigue viviendo y verás.
Salud.