Los patios extremeños son indicios suficientes para comprender a un pueblo. El exterior de la casa no promete nada.Entras, deambulas, indagas y hay un rumor de agua que anuncia, un vibrar de hojas que sugiere, un niño que canta, un gato escéptico...Te aventuras por el pasillo morisco y hay vaiven de luz tras la cortina de tiras que engaña a las moscas. La atmosfera te atrapa, y andas, y llegas al patio, y descubres un frescor de siglos y pilistras, una abuela que se mece, una tierra que vive dentro y no se vierte. Juan R. Alonso.
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