los músicos de mi pueblo, ALMENDRAL

En esto, un ronco ladrido
retumba potente y fiero.
- ¿Oyes? -dice el caballero-,
es el perro que me ha olido.

Se abre una puerta excusada
y, cual terrible huracán,
entra un hombre..., luego un can...,
luego nadie..., luego nada...
...