¡Joder con el fuego griego! Yo no te digo mocita que no tengan toda la razón los puritanos del otro lado del charco. Están en su derecho de protegernos del oso blanco y del pardo. Lo que pasa es que no me gusta ni quiero que me protejan a bombazos y de paso arramblen con lo poco que tengo aunque esté sobrevalorado y nos sea tan necesario a nosotros y a ellos. Mira, que los de Georgia quieran entrar en la sociedad de mercaderes de Europa y formar parte de la estructura de fabricantes de artefactos explosivos usados para que los demás razonen, que, les conviene más arrimarse al enemigo cuando no pueden con él; tampoco es mala elección, pero claro, si se pone en marcha “el proyecto energético más grande del mundo” y se dice eso de que dará “paz, seguridad y estabilidad” a las regiones entre el Caspio y el Negro alineándose de paso con los que “autocomplacientes y soberbios extienden la idea a cualquier hora del día y de la noche, que son los salvadores de la humanidad”, la verdad, me entran unos escalofríos que me dejan como témpano en helero. Será por eso que el Zar, que conoce el panorama y sabe dónde le huellan los borceguíes y además es cinturón negro de ajedrez, al ver que el peón que pusieron sobre aquella casilla cuando lo de “la revolución de las rosas” desde el Pentágono adelantó un paso, respondiera con el alfil y dijera que, “para Guardián del Caspio” mi menda lerenda, y el oleoducto lo controlo yo que para eso jugamos en mi campo y casi casi en mi casa. Además, voy a construir un segundo canal navegable para barcos mercantes que vayan del Caspio al Negro y de allí al Mediterráneo con 5.000 toneladas dentro, usando el Volga, el Don y el mar de Azov. Pero, ¿qué se creían ustedes?
Claro está, estas cosas sabemos como se empiezan...., pero el tiempo dirá, porque esto es una jugada más en una partida muy larga.
Salud.
... (ver texto completo)
