Mocita, el mundo cambia de prisa, y tras el fallo que se produjo durante la ilusionada transición, en la que unos ilusionados ilusos perdonaron cosas que no tenían perdón ni de los dioses paganos ni de los de los judeocristianos incluidos mahometanos, resulta a estas alturas y con la avanzado que está
el guión, que hay esforzados guerreros vencedores de cien mil batallas que nunca se celebraron, que todavía no se han enterado en qué dirección queda el frente y disparan al tuntún. Por eso debe ser que echan pelotas fuera y marean la perdiz criticando lo superfluo sin querer ver del meollo de la cuestión. Para mi que son yoistas, ¿o debo decir autistas? Bueno moza, los dejaremos con sus cuestiones y sus afanes protagonistas.
Vamos al grano Mauricio, ¿no crees tú que aquellas fieras nos han dejado unos cachorros criados entre algodón, que en las herricos del enclave, día a día, van dejando su sutil semilla con el disfraz de las esencias que los tercios nos legaron?
Como decíamos ayer, es necesario sajar para que salga la pus y se desencone el grano y, hoy mismo sin ir más lejos, hay voces clamando a los cielos porque un juzgador estrella se ha hecho cargo del relevo y solicita al campo opuesto un poquito de información.
Aún tengo pesadillas, y me despierto con sudor helado recordando cuando era chiquinino y unos seres nos llevaban en fila india desde la escuela hasta el hogar de la nacida en Magdala donde, otras almas ataviadas con ropajes de lino blanco nos pintaban a los rojos malvados con cuernos y fustigador rabo, con el cual nos arrearían para llevarnos a las simas infernales donde se pudrirían nuestras candorosas almas.
Pues bien, confirmado lo que decía arriba del cambio, ambas tendencias, en amor y connivencia controlan el asentamiento. Producto o fruto al que arribamos gracias a la confusión de la ilusionada transición. ¡Hay que ver!, las extrañas parejas que arrejunta el poderoso caballero, y lo requetebién que congenian con los jabatos que pintan arañas que nadie borra en esa gran cruz de mármol. Igual que en aquellos tristes viejos tiempos.
¡Ay muchachas! Mucho temo que en la próxima escaramuza os lleven otra vez al huerto, porque estáis poco curtidas, creéis que todo el mundo es bueno y os negáis a aceptar que por el almendral hay muchos lobos disfrazados de corderos. Así que a dejar la siesta y a trabajar, que vosotras sois principiantas y en el terreno contrario, hay saberes y experiencias acumuladas a lo largo de los siglos y son cinturón negro décimo dan, en el arte del disimulo.
Salud.
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