La importancia de la
Plaza de la
Virgen radica en su proximidad a varios
edificios emblemáticos de la ciudad de
Valencia. La plaza es totalmente peatonal, de trazado irregular y queda limitada, al este, por la Basílica de la Virgen de los Desamparados; al oeste, por los
jardines del
Palacio de la Generalitat; y al sur, por la
Catedral y por la llamada
Casa Vestuario, que sirve de lugar de
reunión a los miembros del Tribunal de las
Aguas antes y después de sus sesiones ante la
Puerta de los Apóstoles de la catedral. En relación con este Tribunal de las Aguas, en la mitad norte de la plaza se encuentra la
Fuente del Turia, una representación alegórica en bronce del
río Turia rodeado por ocho figuras femeninas desnudas y con tocado de labradoras valencianas, que representan a las ocho acequias principales que irrigan la Vega de Valencia. La Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, localizada en uno de los confines de esta plaza, es el templo dedicado a la patrona de la ciudad y es la primera obra barroca de nueva construcción que se alzó en Valencia. El templo, aunque exteriormente puede dar la sensación de tratarse de una
iglesia ovalada por la presencia de su
cúpula elíptica, por dentro es un
edificio de construcción trapezoidal. Lo más destacado de su interior, a parte del
retablo del
Altar Mayor, son los frescos del pintor cordobés Antonio Palomino. La Basílica queda comunicada con la Catedral a través de un paso elevado que se conoce como “
arco novo”. Dejando la visita de la Catedral para nuestra última parada, el recorrido continúa por la
calle del Almudín hasta la Plaza Décimo Junio Bruto, que nos aparecerá a nuestra derecha, para alcanzar el Centro Arqueológico La Almoina, un conjunto arquitectónico único que permite hacer un recorrido por dos mil años de
historia de la ciudad, ya que fue en este mismo lugar donde los
romanos fundaron Valencia. El subsuelo arqueológico reúne un conjunto de edificios monumentales que forman un completo compendio de la historia y evolución urbana de Valencia, desde sus orígenes hasta nuestros días. A continuación, volvemos a la calle del Almudín para pararnos ante el edificio del mismo nombre que se localiza a mano izquierda. Esta construcción se levantó sobre un alcázar musulmán y en su época estaba destinado al almacenamiento, distribución y venta de trigo de la ciudad de Valencia, de hecho, el propio nombre de Almudín deriva de la palabra árabe, almud, unidad de medida del grano. En la actualidad, funciona como centro de
exposiciones y
museo.