Esas personas no se pusieron en la piel de nadie en su momento, y pasaron por encima de todos, cayera quien cayera. En la primera preselección (entonces las había), ya un presidente de falla de muchos años nos dijo a algunos delegados ".. Cuidado con Silvia, va a por vosotros..", y no le creimos. Pero luego tuvo razón. Iba buscando aliados entre los presidentes para que aprobaran en junta lo que ella quería, o para que no creyeran nada de lo que se dijera de ella. Sólo el presidente que no le hizo caso, sufrió su ira en repetidas ocasiones. Muy mal, de verdad, muy mal. No habrían hojas suficientes para contar todo lo que ocurrió aquel año.