En un
pueblo del Este,
en tierras del Levante,
de la
España madrugadora,
esa del Sol radiante.
Existe un paraíso encantador
que nadie lo ha podido buscar,
ni tampoco lo ha encontrado.
Como símbolo del ayer
formando parte de la
historia,
ese pueblo de
Chiva
que lo llevo en la memoria.
Allí yo encuentro el reposo
que alivia todos mis males,
y converso con la gente
de sus vidas e ideales.