Resulta que en la década prodigiosa del
> pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un
> encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el
> último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de
> concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía
> levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los
> funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran
> los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la
> compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo
> de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la
> economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.
> pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un
> encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el
> último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de
> concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía
> levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los
> funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran
> los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la
> compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo
> de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la
> economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.
> Y ahora que el asunto explota y se viene abajo,
> la culpa del desmadre. es de los funcionarios. Los alcaldes, diputados
> y senadores que gobiernan la cosa pública a cambio de una buena
> morterada no son responsable de nada y nos apuntan directamente a
> nosotros: somos demasiados, hay que ultracongelarnos, somos poco
> productivos. Los responsables bancarios que prestaron dinero a quienes
> sabían que no podrían devolverlo tampoco se dan por aludidos. Todos
> los intermediarios inmobiliarios, especuladores, amigos de alcalde y
> compañeros de partida de casino de diputado provincial no tenían
> noticia del asunto. Nosotros sí. Como diría José Mota: ¿Ellos? No.
> ¿Nosotros? Si. Siendo así que ellos? No. Por tanto, nosotros?
> la culpa del desmadre. es de los funcionarios. Los alcaldes, diputados
> y senadores que gobiernan la cosa pública a cambio de una buena
> morterada no son responsable de nada y nos apuntan directamente a
> nosotros: somos demasiados, hay que ultracongelarnos, somos poco
> productivos. Los responsables bancarios que prestaron dinero a quienes
> sabían que no podrían devolverlo tampoco se dan por aludidos. Todos
> los intermediarios inmobiliarios, especuladores, amigos de alcalde y
> compañeros de partida de casino de diputado provincial no tenían
> noticia del asunto. Nosotros sí. Como diría José Mota: ¿Ellos? No.
> ¿Nosotros? Si. Siendo así que ellos? No. Por tanto, nosotros?
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