Resulta que en la década prodigiosa del
> pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un
> encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el
> último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de
> concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía
> levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los
> funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran
> los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la
> compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo
> de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la
> economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.
> pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un
> encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el
> último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de
> concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía
> levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los
> funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran
> los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la
> compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo
> de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la
> economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.
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