Pasan los tiempos,
esos que tú Torrevieja
alardeabas de tener ferrocarril,
donde esa sociedad emergente
salía del letargo inmovilista
hacia una España invertebrada.
Que sensaciones emotivas
de quién lo vivió para contarlo,
la España madrugadora
de gentes sencilla y humilde
en un afán de progreso,
con ese ferrocarril en el baúl de los recuerdos
que inició la evolución del cambio.
Pero tú Torrevieja quedaste olvidada,
en el limbo de ese mar, tu mar,
de los nuevos trazados ferroviarios,
no pensaron en la movilidad
ni en el acceso a tu pulmón
de ciudad tranquila y veraniega,
y sí en la construcción desmesurada
con viviendas al por mayor.
Hoy sueñas sin esa evolución,
el acceso al ferrocarril,
esa que marca el tren de alta velocidad,
pero quizás lleguen tiempos
donde entiendan tu pesar,
tu ilusión de participar
en una España por igual.
J. J. C.
esos que tú Torrevieja
alardeabas de tener ferrocarril,
donde esa sociedad emergente
salía del letargo inmovilista
hacia una España invertebrada.
Que sensaciones emotivas
de quién lo vivió para contarlo,
la España madrugadora
de gentes sencilla y humilde
en un afán de progreso,
con ese ferrocarril en el baúl de los recuerdos
que inició la evolución del cambio.
Pero tú Torrevieja quedaste olvidada,
en el limbo de ese mar, tu mar,
de los nuevos trazados ferroviarios,
no pensaron en la movilidad
ni en el acceso a tu pulmón
de ciudad tranquila y veraniega,
y sí en la construcción desmesurada
con viviendas al por mayor.
Hoy sueñas sin esa evolución,
el acceso al ferrocarril,
esa que marca el tren de alta velocidad,
pero quizás lleguen tiempos
donde entiendan tu pesar,
tu ilusión de participar
en una España por igual.
J. J. C.