El 30 de mayo del mismo año, mientras inspeccionaban el interior de
Santa María el citado Verde y algunos miembros de la Junta parroquial, se produjo el derrumbe de la
bóveda de la
capilla del
Santo Cristo, así como de otra cercana al
altar mayor, viéndose la necesidad de una actuación urgente. A pesar de que la Junta parroquial, reunida en fechas posteriores, decidió emprender la reparación del templo, pronto se vio como mejor solución la construcción de otro de nueva planta.