En 1595, tan sólo veintinueve años tras su bendición, ya fue necesario construir un contrafuerte junto al
campanario para reforzar su parte norte. Y a partir de la segunda mitad del siglo XVII son frecuentes las denuncias de la Junta parroquial por el mal estado de la
iglesia que tenía afectados algunos elementos estructurales: un pilar cercano a la
puerta de Resurrección, el
arco próximo a la citada «trapa» de la
bóveda, una pared contigua a la puerta Chica, etc.