Para Cristóbal Sanz, autor de la Recopilación en que se da cuenta de las cosas antiguas como modernas de la ínclita villa de
Elche, manuscrito de 1621, este tercer
edificio era «muy grande, de una nave y tan alta que causa espanto y asombro a los forasteros. Parece que Nuestra Señora le sustenta, para que allí se celebre su muerte y asunción a los
cielos.