Hay vestigios de poblados ibéricos en el Assagador de Sant Jordi y La Solaneta, mientras que en el espacio entre la Font
Santa y la Font Bona existió probablemente una villa
romana. La población histórica, al igual que su
castillo, es de origen musulmán. En el año 1248 fue conquistada por el rey Jaime I de
Aragón, que cedió la población en alodio a Jofre de Raixa o Loaysa y el castillo a Bernardo de Tous. La
plaza cobró gran importancia ya que, como
Biar, su castillo había quedado fronterizo con Castilla.