El trabajo de los caballistas en las veredas y encierros está muy bien y todos debemos agradecérselo, pero ellos también tienen que pensar que las cosas no siempre pueden ser como a los caballistas les gustaría, sino que los gañanes van haciendo un trabajo y tienen una enorme responsabilidad porque de ellos, y de la ayuda de los caballistas, depende el éxito de nuestros encierros. XX
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