Por segunda o tercera vez voy a escribir en este foro y como las otras veces lo voy a hacer con mi nombre y dos apellidos. Me ha llenado de sorpresa que alguien me dijera que aquí se hablaba de mí dando mi nombre y apellidos sobre el asunto del primer festival de bandas de música y quiero hacer algunas puntualizaciones a algo que es totalmente falso.
Quiero ante todo empezar contando cómo empezó mi relación con la banda. En el año 2000, esta asociación no tenía uniformes y todo eran quejas sobre el local en el que ensayaban, la falta de pago tanto a la banda por las salidas como al director, etc. En una reunión que tuvimos algunos concejales y yo con la directiva les dije que me comprometía a que el día de Jesucristo del año siguiente saliesen con uniforme nuevo, y así sucedió. También me comprometí a solucionar lo del local de ensayos, cosa que creo que igualmente cumplí. Luego surgió el problema del director y todo lo que conlleva, esto se solucionó con la firma del convenio famoso entre el ayuntamiento y la banda. En este convenio se especificaban la salidas que la banda haría sin cobrar, el dinero que aportaba el ayuntamiento y para qué fines era, yo creo que mientras fui concejal se fue cumpliendo con el mismo, aunque reconozco que algunos pagos mensuales se atrasaron por falta de liquidez en las arcas municipales. Ahora creo que no hay tal convenio.
En el año 2002 el presidente de la banda me comunica que quieren hacer un festival de bandas y que necesitan la colaboración del ayuntamiento. En una reunión, tuvimos pocas porque nos pusimos de acuerdo muy pronto, me dijeron que querían una aportación municipal de 9.000 euros. Yo les dije que estaba de acuerdo y que en el presupuesto para el año siguiente que se estaba elaborando aparecería con nombre y apellidos esa partida con el fin de que no hubiese problemas después. Llegó el momento del festival y todo se realizó de la manera prevista, el problema surgió la noche en que actuaban las bandas en el teatro. Cuando llegó el señor alcalde, se encontró con que no se le había reservado un lugar y yo consideré que la primera autoridad municipal, independientemente del partido al que pertenezca debe contar con ese lugar en un evento en el que el ayuntamiento colaboraba económicamente. En ese momento surgió una disputa con el presidente y yo, creo que estaba en mi derecho, consideré esto un agravio al alcalde y me negué a entregar una placa.
El anónimo denunciante dice que se intentó dejar colgando a la banda una deuda significativa y que se espiaron las facturas que en un principio no hacían falta. Esto es totalmente falso, y yo pregunto: ¿cómo no van a hacer falta las facturas? ¿cómo se justifica un gasto para que el ayuntamiento libre el dinero? El propio interventor dijo que no podría librar el dinero sin las facturas. El importe de los 9.000 euros se pagó íntegro. Lo que sí dije y lo vuelvo a repetir es que, puesto que entre la banda y el ayuntamiento había un convenio y en ese convenio de especificaba que parte de él era para uniformes, no veía bien que parte de la aportación municipal al festival se emplease en uniformes porque de eso no se habló en las reuniones.
Dice que yo intenté enfrentar a mis compañeros de peña y a la banda para que ese año no fuese contratada para las fiestas. Esto es igualmente falso, y ahí están mis compañeros, personas serias donde las haya, que pueden decirlo. Lo que sí se dijo por parte de un miembro de la banda en la reunión que tuvimos previa a la contratación es que iban a ponerme entre la espada y la pared y que no venían a negociar, sino a decirnos lo que cobraban por las salidas de las fiestas, durante las fiestas de aquel año la banda cobró los pasacalles el mismo día en que los hacía y el día 17 de julio tenía cobradas ya las fiestas. En esa reunión se dijo, sólo para echármelo en cara, que durante el festival de bandas yo comí con ellos en el restaurante de La Puerta el día en que el señor Vilaplana dio una conferencia dentro de los actos del festival. En efecto, fui a esa comida porque me invitaron, pero yo ahora digo que tras la reunión previa a las fiestas ingresé 20 euros del importe de mi cubierto en la cuenta bancaria de la banda, pagué mi comida.
El anónimo comunicante dice que se criticó o se impidió la labor de Antonio Ludeña para grabar el concierto. Esto es totalmente falso, y lo es porque ésta es una persona a la que tengo gran estima, fui compañero de trabajo en Educación de Adultos de Antonio y jamás lo he criticado.
Habla de mi salida del gobierno y dice que es consecuencia de esto, pero ¿sabrá el anónimo denunciante lo que dice?
Lo que hay que hacer es decir la verdad y no intentar encubrirla con falsedades y acusando desde el anonimato a una persona. No sé quien eres, ni me importa, pero estoy dispuesto a tener contigo un cara a cara donde y cuando quieras para ver qué ocurrió con aquel festival y con la banda en mi época de concejal de cultura del ayuntamiento. En cuanto a lo de la vergüenza, yo creo que en mi labor como concejal, dentro de mi trabajo y como ciudadano de Moratalla puedo llevar la cabeza bien alta, cosa que a lo mejor otros no pueden hacerlo y por eso se escudan en el anonimato
Alonso Hernández Martínez.
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Quiero ante todo empezar contando cómo empezó mi relación con la banda. En el año 2000, esta asociación no tenía uniformes y todo eran quejas sobre el local en el que ensayaban, la falta de pago tanto a la banda por las salidas como al director, etc. En una reunión que tuvimos algunos concejales y yo con la directiva les dije que me comprometía a que el día de Jesucristo del año siguiente saliesen con uniforme nuevo, y así sucedió. También me comprometí a solucionar lo del local de ensayos, cosa que creo que igualmente cumplí. Luego surgió el problema del director y todo lo que conlleva, esto se solucionó con la firma del convenio famoso entre el ayuntamiento y la banda. En este convenio se especificaban la salidas que la banda haría sin cobrar, el dinero que aportaba el ayuntamiento y para qué fines era, yo creo que mientras fui concejal se fue cumpliendo con el mismo, aunque reconozco que algunos pagos mensuales se atrasaron por falta de liquidez en las arcas municipales. Ahora creo que no hay tal convenio.
En el año 2002 el presidente de la banda me comunica que quieren hacer un festival de bandas y que necesitan la colaboración del ayuntamiento. En una reunión, tuvimos pocas porque nos pusimos de acuerdo muy pronto, me dijeron que querían una aportación municipal de 9.000 euros. Yo les dije que estaba de acuerdo y que en el presupuesto para el año siguiente que se estaba elaborando aparecería con nombre y apellidos esa partida con el fin de que no hubiese problemas después. Llegó el momento del festival y todo se realizó de la manera prevista, el problema surgió la noche en que actuaban las bandas en el teatro. Cuando llegó el señor alcalde, se encontró con que no se le había reservado un lugar y yo consideré que la primera autoridad municipal, independientemente del partido al que pertenezca debe contar con ese lugar en un evento en el que el ayuntamiento colaboraba económicamente. En ese momento surgió una disputa con el presidente y yo, creo que estaba en mi derecho, consideré esto un agravio al alcalde y me negué a entregar una placa.
El anónimo denunciante dice que se intentó dejar colgando a la banda una deuda significativa y que se espiaron las facturas que en un principio no hacían falta. Esto es totalmente falso, y yo pregunto: ¿cómo no van a hacer falta las facturas? ¿cómo se justifica un gasto para que el ayuntamiento libre el dinero? El propio interventor dijo que no podría librar el dinero sin las facturas. El importe de los 9.000 euros se pagó íntegro. Lo que sí dije y lo vuelvo a repetir es que, puesto que entre la banda y el ayuntamiento había un convenio y en ese convenio de especificaba que parte de él era para uniformes, no veía bien que parte de la aportación municipal al festival se emplease en uniformes porque de eso no se habló en las reuniones.
Dice que yo intenté enfrentar a mis compañeros de peña y a la banda para que ese año no fuese contratada para las fiestas. Esto es igualmente falso, y ahí están mis compañeros, personas serias donde las haya, que pueden decirlo. Lo que sí se dijo por parte de un miembro de la banda en la reunión que tuvimos previa a la contratación es que iban a ponerme entre la espada y la pared y que no venían a negociar, sino a decirnos lo que cobraban por las salidas de las fiestas, durante las fiestas de aquel año la banda cobró los pasacalles el mismo día en que los hacía y el día 17 de julio tenía cobradas ya las fiestas. En esa reunión se dijo, sólo para echármelo en cara, que durante el festival de bandas yo comí con ellos en el restaurante de La Puerta el día en que el señor Vilaplana dio una conferencia dentro de los actos del festival. En efecto, fui a esa comida porque me invitaron, pero yo ahora digo que tras la reunión previa a las fiestas ingresé 20 euros del importe de mi cubierto en la cuenta bancaria de la banda, pagué mi comida.
El anónimo comunicante dice que se criticó o se impidió la labor de Antonio Ludeña para grabar el concierto. Esto es totalmente falso, y lo es porque ésta es una persona a la que tengo gran estima, fui compañero de trabajo en Educación de Adultos de Antonio y jamás lo he criticado.
Habla de mi salida del gobierno y dice que es consecuencia de esto, pero ¿sabrá el anónimo denunciante lo que dice?
Lo que hay que hacer es decir la verdad y no intentar encubrirla con falsedades y acusando desde el anonimato a una persona. No sé quien eres, ni me importa, pero estoy dispuesto a tener contigo un cara a cara donde y cuando quieras para ver qué ocurrió con aquel festival y con la banda en mi época de concejal de cultura del ayuntamiento. En cuanto a lo de la vergüenza, yo creo que en mi labor como concejal, dentro de mi trabajo y como ciudadano de Moratalla puedo llevar la cabeza bien alta, cosa que a lo mejor otros no pueden hacerlo y por eso se escudan en el anonimato
Alonso Hernández Martínez.
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