Para quien me invita a hacer turismo más allá de los Alderetes:
Yo sé que tú viajas mucho, que conoces mucho mundo, que hablas seis o siete idiomas; que has intimado con un montón de jefes de estado y de primeros ministros. Yo por el contrario me conformo con buscar los guíscanos, como no viajo no sé cuál es su nombre en correcto castellano, en El Salto y en Los Asares, con buscar los espárragos en la rambla de Las Murtas y en los márgenes de los ríos Benamor y Alhárabe, con disfrutar del bello paisaje que me ofrecen la Casa de Cristo, el patio de Los Yébenes, la Sierra del Buitre y la ermita de La Rogativa.
También sé que has comido en los mejores restaurantes del mundo y que has dormido en los más lujosos hoteles y que también te has bañado en las playas paradisiacas del Caribe. Yo me sigo conformando con comer en Otos, en Mazuza, en Béjar, en Calar de la Santa o en Zaén, disfruto durmiendo en el albergue de La Pava o en alguna casa de turismo rural de Moratalla, y me conformo con bañarme en La Puerta, en el felizmente recuperado Somogil, o en la piscina municipal de Moratalla.
Eso sí, la boina no me la pongo a roscas como hacéis algunos de los que viajáis tanto y conocéis tanto mundo.
Yo sé que tú viajas mucho, que conoces mucho mundo, que hablas seis o siete idiomas; que has intimado con un montón de jefes de estado y de primeros ministros. Yo por el contrario me conformo con buscar los guíscanos, como no viajo no sé cuál es su nombre en correcto castellano, en El Salto y en Los Asares, con buscar los espárragos en la rambla de Las Murtas y en los márgenes de los ríos Benamor y Alhárabe, con disfrutar del bello paisaje que me ofrecen la Casa de Cristo, el patio de Los Yébenes, la Sierra del Buitre y la ermita de La Rogativa.
También sé que has comido en los mejores restaurantes del mundo y que has dormido en los más lujosos hoteles y que también te has bañado en las playas paradisiacas del Caribe. Yo me sigo conformando con comer en Otos, en Mazuza, en Béjar, en Calar de la Santa o en Zaén, disfruto durmiendo en el albergue de La Pava o en alguna casa de turismo rural de Moratalla, y me conformo con bañarme en La Puerta, en el felizmente recuperado Somogil, o en la piscina municipal de Moratalla.
Eso sí, la boina no me la pongo a roscas como hacéis algunos de los que viajáis tanto y conocéis tanto mundo.