¿esque la Iglesia no respeta ni los testamentos?.¿ Porqué será que esto me recuerda lo de nuestro cementerio?
Monseñor Rouco Varela, siendo ya arzobispo de Madrid, solicitó permiso al papa Juan Pablo II para vender una finca de 11.000 metros cuadrados que había sido donada con el fin de construir una residencia para sacerdotes enfermos. El terreno se vendió por 4, 2 millones de euros a la sociedad Novaserra, propiedad de los hermanos Segurado García, que eran socios del entonces alcalde de Madrid, José María álvarez del Manzano.
Texto: Alberto Ots
El 24 de octubre de 1993 fallecía en Madrid Enrique Blanquer Huidobro, viudo y sin herederos forzosos, lo que sin duda facilitó que donara gran parte de sus bienes al Arzobispado de Madrid. Según consta en el testamento otorgado el 30 de agosto de ese mismo año, Enrique Blanquer donaba una finca de 11.025 metros cuadrados, conocida como El Abejón, en el municipio madrileño de Las Rozas.
Un entorno privilegiado, junto a parques, jardines e instalaciones educativas, ideal para “construir una pequeña iglesia unida a una residencia para sacerdotes ancianos o impedidos”, según deseo del testador.
Un vecino.
Monseñor Rouco Varela, siendo ya arzobispo de Madrid, solicitó permiso al papa Juan Pablo II para vender una finca de 11.000 metros cuadrados que había sido donada con el fin de construir una residencia para sacerdotes enfermos. El terreno se vendió por 4, 2 millones de euros a la sociedad Novaserra, propiedad de los hermanos Segurado García, que eran socios del entonces alcalde de Madrid, José María álvarez del Manzano.
Texto: Alberto Ots
El 24 de octubre de 1993 fallecía en Madrid Enrique Blanquer Huidobro, viudo y sin herederos forzosos, lo que sin duda facilitó que donara gran parte de sus bienes al Arzobispado de Madrid. Según consta en el testamento otorgado el 30 de agosto de ese mismo año, Enrique Blanquer donaba una finca de 11.025 metros cuadrados, conocida como El Abejón, en el municipio madrileño de Las Rozas.
Un entorno privilegiado, junto a parques, jardines e instalaciones educativas, ideal para “construir una pequeña iglesia unida a una residencia para sacerdotes ancianos o impedidos”, según deseo del testador.
Un vecino.