El consumo de drogas por parte de la juventud caravaqueña es la trágica consecuencia de un mediocre coctel de televisión, poca educación, menos cultura, pasividad por parte de padres y autoridades y frivolización del fenómeno por parte de todos.
Sé que lo que voy a decir ahora va a levantar ampollas, pero ahí va; creo que en muchos (no en todos) casos, el consumo de drogas por parte de los jóvenes caravaqueños está también intimamente relacionado con el cerrilismo mental festero-localista autóctono de Caravaca. Cuando se vive mirándose el ombligo, y se piensa que Caravaca es el centro del mundo, cuando los patrones a seguir son estrictamente las que el adolescente vé a su alrededor, y cuando en las fiestas y su mundo se hace la vista gorda con las drogas (especialmente cocaína), es cuando la peste de la droga se extiende entre los jóvenes caravaqueños como un amancha de aceite.
He llegado a oir a madres decir que "por pegarse un festival de vez en cuando no pasa nada", he llegado a ver a personas jóvenes compartiendo hábitos con algunos ya menos jóvenes y más de uno habrá oido de colectivos festeros jóvenes donde se meten prácticamente todos. El problema, es que al meterse tanta gente, vienen las típicas excusas de adicto para justificar el vicio, frivolizando el asunto y provocando que la bola de nieve crezca, "por que no pasa nada, aquí lo hacemos todos". Paralelo a esto va el hecho de querer estar integrado en el micromundo repugnante que se crea alrededor del vicio y donde todos son coleguis que se dan palmaditas en la espalda. El problema es la visión cortísima que se tiene de la vida y no ser consciente de las consecuencias demodeloras que la cocaína produce en el organismo y la mente. Aquí sólo importa cada sábado, ser bien vistos y ser "populares". Todos conocemos a gente que ya se ha quedado mal por la cocaína sin posible recuperación (por lo menos mental), pero aun así hemos dado lugar a que se tenga que instalar proyectyo hombre en Caravaca, cosa insólita para un pueblo de las características del nuestro. Ahora alguno, con el espíritu crítico que caracteriza a los semiaadictos integrados me dirá que exagero, que si anticaravaqueño que si bla bla.Me deja dormir, el que se de por aludido, por algo será...
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He llegado a oir a madres decir que "por pegarse un festival de vez en cuando no pasa nada", he llegado a ver a personas jóvenes compartiendo hábitos con algunos ya menos jóvenes y más de uno habrá oido de colectivos festeros jóvenes donde se meten prácticamente todos. El problema, es que al meterse tanta gente, vienen las típicas excusas de adicto para justificar el vicio, frivolizando el asunto y provocando que la bola de nieve crezca, "por que no pasa nada, aquí lo hacemos todos". Paralelo a esto va el hecho de querer estar integrado en el micromundo repugnante que se crea alrededor del vicio y donde todos son coleguis que se dan palmaditas en la espalda. El problema es la visión cortísima que se tiene de la vida y no ser consciente de las consecuencias demodeloras que la cocaína produce en el organismo y la mente. Aquí sólo importa cada sábado, ser bien vistos y ser "populares". Todos conocemos a gente que ya se ha quedado mal por la cocaína sin posible recuperación (por lo menos mental), pero aun así hemos dado lugar a que se tenga que instalar proyectyo hombre en Caravaca, cosa insólita para un pueblo de las características del nuestro. Ahora alguno, con el espíritu crítico que caracteriza a los semiaadictos integrados me dirá que exagero, que si anticaravaqueño que si bla bla.Me deja dormir, el que se de por aludido, por algo será...
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