El
valle del Jerte es famoso por la imagen que nos entra por los ojos de unas
terrazas pantados de
cerezos en
flor, milagro de la
naturaleza con ayuda del agricultor. Pero les aseguro para aquellas personas que les gusta sentir cosas que conectan con lo más puro y bueno del ser humano, que intenten acercarse a aun
huerto o zona de naranjos en plena floración, el olor de azahar es difícil de describir lo bien que se encuentra uno y la paz que se respira.