De
Beniaján me quedaría con cuatro imágenes imborrables que, a mi juicio, son lo mejor que tenemos: la de nuestra
Calle Mayor, con su sabor al
pueblo de siempre y por la que es raro no pasar a diario; la de nuestra patrona, la
Virgen del Carmen, que es una joya y a todos emociona; la de un
rincón cualquiera en la
Huerta, estallido de
colores y perfumes frutales; y, por último, la de la
sierra en que se encaja el sosegado
barrio de El Bojar, tan pintoresco y popular, amable y acogedor.
¡Adoro mi
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