Sinceramente, me da mucha alegría ver como habláis de Aledo, como buscáis en vuestro interior, en lo más profundo para que afloren las SENSACIONES.
Esas sensaciones que os hacen recordar los amaneceres, el canto del gallo, y los atardeceres de nuestro pueblo, pasando por todo lo largo del día con las tortas del Valeriano y el café en el Bar de Pedro José, esos ratos de tertulia sentados en las puertas hablando de la cosecha en general, de lo que le ha pasado a fulanito o menganito.
¡Ay! Que tiempos más bonitos, ya no regresarán ¡para mi, claro!; pero vosotros comenzáis una nueva historia que contaréis dentro de 25 años a vuestros hijos y vuestros nietos, y estoy seguro que se las podréis contar ahí, en el EDEN, en ese pueblo de donde nadie debería de marcharse nunca.
VIVA ALEDO y toda su MARAVILLOSA GENTE.
Esas sensaciones que os hacen recordar los amaneceres, el canto del gallo, y los atardeceres de nuestro pueblo, pasando por todo lo largo del día con las tortas del Valeriano y el café en el Bar de Pedro José, esos ratos de tertulia sentados en las puertas hablando de la cosecha en general, de lo que le ha pasado a fulanito o menganito.
¡Ay! Que tiempos más bonitos, ya no regresarán ¡para mi, claro!; pero vosotros comenzáis una nueva historia que contaréis dentro de 25 años a vuestros hijos y vuestros nietos, y estoy seguro que se las podréis contar ahí, en el EDEN, en ese pueblo de donde nadie debería de marcharse nunca.
VIVA ALEDO y toda su MARAVILLOSA GENTE.