Luz ahora 0,07500 €/kWh

ALEDO: Querido amigo Juan Carlos (aparentemente de Tarragona,...

Querido amigo Juan Carlos (aparentemente de Tarragona, pero aledano de sangre y corazón): también yo te felicito con mis mejores deseos el nuevo año, y en tu persona a todos los paisanos y amigos foráneos que sienten, como nosotros, palpitar en sus entrañas el corazón de Aledo.
Tal vez te ocurra como a muchos de nosotros. ¿Verdad que cuando se empieza a subir la carretera de Aledo parece que todo anuncia la llegada a un lugar singular en el mundo? El olor de los pinos, que al respirarlo hondamente parece uno revivir, la sierra en todo su encanto, el Santuario de Santa Eulalia, etc. Parece como si al comenzar a subir la carretera, aunque se haga todos los días, una cierta alegría serena acudiera segura, y una paz interior va inundando el alma. Cuanto más se va subiendo hacia arriba, parece que más abajo y más pequeñas van quedando las preocupaciones. Hasta las curvas, que no son pocas, parecen hechas a conciencia, porque parecen que van diciendo que al lugar que conducen no se llega de cualquier manera (como en línea recta), sino que más bien hay que pensar y prepararse para llegar a un lugar tan alto: alto en altitud geofísica, pero más alto aún en nobleza de su gente. Y así hasta que aparece de pronto el inigualable cuadro visto desde Montysol: ALEDO. Y, ¡qué alegría al llegar! Todo aledano siente ese gozo contenido porque se sabe entre los suyos, y como los suyos sabe que no hay otros. Y es que Aledo es Aledo, y todos lo sabemos. Si magnífica es la estampa de Aledo desde Montysol, más grande es lo que se oculta en el corazón de cada aledano y cada aledana.
Amigo Juan Carlos: deseo que, como todos los aledanos, vivas y experimentes esto innumerables veces en tu vida. Un abrazo.