Para imaginar en proporción lo que significa incrementar la población de 14.000 habitantes nuevos donde sólo hay 1.000 (lo que va a ocurrir aquí), sólo hay que hacer una simple regla de tres. Imaginemos que en una casa donde vive una persona sola, de pronto entrarían 14 personas nuevas a vivir. En una casa donde vivan 2 personas, entrarían de golpe 28 personas nuevas a vivir. En una casa donde viven ahora 3 personas, entrarían 42 personas nuevas a vivir. En una casa donde ahora viven 4 personas, entrarían de golpe 56 personas nuevas a vivir. En una casa donde ahora viven 5 personas, de pronto entrarían 70 personas nuevas a vivir. Y así sucesivamente. Cada uno puede imaginarse lo que ocurriría en su propia casa si hiciera algo así. Y cualquiera que hiciera algo así pensaríamos que comete un disparate.
Queremos que en Aledo haya trabajo para todos, y que haya más bares, tiendas, etc. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. Pero tal vez eso se pueda conseguir trayendo muchos menos habitantes de golpe. Tal vez si se empieza con la mitad de los que ahora somos ya habría de todo eso. Pero la situación sería más manejable, y no nos expondríamos a riesgos incalculables y a peligros innecesarios. Admitiendo como máximo 500 habitantes nuevos, la proporción sería: en una casa donde ahora viven 2 entraría 1 nuevo; y donde viven 4 entrarían 2 nuevos. Seguiríamos siendo mayoría, y seguiríamos manejando la situación. Pues en la casa de uno, aunque se metan 50 a vivir, el dueño de la casa sigue siendo uno mismo. Pero en un pueblo no: todos los que vivan aquí serán (con la ley en la mano) tan dueños como nosotros de todo lo que es el pueblo, con los mismos derechos y obligaciones. Y con esa proporción cada uno puede imaginar las consecuencias que esto puede traer.
Se puede empezar con poco, y si con el tiempo el asunto va bien, se puede seguir después con más, según se vayan viendo los resultados. ¿Quién haría el diaparate de poner su casa en manos de 14 extraños, o de 28, o de 42 (según la proporción)?
Queremos que en Aledo haya trabajo para todos, y que haya más bares, tiendas, etc. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. Pero tal vez eso se pueda conseguir trayendo muchos menos habitantes de golpe. Tal vez si se empieza con la mitad de los que ahora somos ya habría de todo eso. Pero la situación sería más manejable, y no nos expondríamos a riesgos incalculables y a peligros innecesarios. Admitiendo como máximo 500 habitantes nuevos, la proporción sería: en una casa donde ahora viven 2 entraría 1 nuevo; y donde viven 4 entrarían 2 nuevos. Seguiríamos siendo mayoría, y seguiríamos manejando la situación. Pues en la casa de uno, aunque se metan 50 a vivir, el dueño de la casa sigue siendo uno mismo. Pero en un pueblo no: todos los que vivan aquí serán (con la ley en la mano) tan dueños como nosotros de todo lo que es el pueblo, con los mismos derechos y obligaciones. Y con esa proporción cada uno puede imaginar las consecuencias que esto puede traer.
Se puede empezar con poco, y si con el tiempo el asunto va bien, se puede seguir después con más, según se vayan viendo los resultados. ¿Quién haría el diaparate de poner su casa en manos de 14 extraños, o de 28, o de 42 (según la proporción)?