Por lo de la comparación. Ya se sabe que si se lleva a cabo el proyecto, aumentarán los servicios. Hasta ahí llegamos. Es decir, seguramente habrá más colegios, centros de salud, policía, carreteras, comercios, infraestructuras (alcantarillado, conducciones de agua, aunque perdamos nuestra agua, depuradoras), y lo que haga falta, que yo no sé. O sea, que se ampliarán los espacios de la "casa". Eso se supone. Y si no se contara con eso sería, no ya un disparate, sino algo más que no digo. Hasta ahí llegamos.
La comparación, como salta a la vista, no iba por eso. Sino por el asunto de la proporción de habitantes, y no de los servicios e infraestructuras (los espacios de la "casa"), cosa que se da por supuesto. El asunto es la masificación de habitantes extranjeros, y las posibles consecuencias que puede traer a medio plazo. Sólo eso. Y nada menos que eso.
Por otro lado, ya se supone igualmente que la construcción no se haría de la noche a la mañana. Hasta ahí llegamos también. Pero ya que se ha dado el dato (que no sabía): 16 años no es nada. Este asunto, sea bueno o sea malo, no es para 16 años (o para 20), sino para siempre. No es que, tanto si sale bien como si sale mal, no hay que preocuparse porque va a durar sólo 20 años. Es que, si sale bien como si sale mal, es para siempre, sin vuelta atrás. Esa es la cuestión. Y en eso, 16 años no son nada.
Queda claro, por tanto, que la comparación sólo iba por la proporción de habitantes y sus posibles consecuencias, cosa para la que sigue siendo válida. Y cosa por la que ni "se pierde la calma" ni se "sacan los pies del tiesto".
La comparación, como salta a la vista, no iba por eso. Sino por el asunto de la proporción de habitantes, y no de los servicios e infraestructuras (los espacios de la "casa"), cosa que se da por supuesto. El asunto es la masificación de habitantes extranjeros, y las posibles consecuencias que puede traer a medio plazo. Sólo eso. Y nada menos que eso.
Por otro lado, ya se supone igualmente que la construcción no se haría de la noche a la mañana. Hasta ahí llegamos también. Pero ya que se ha dado el dato (que no sabía): 16 años no es nada. Este asunto, sea bueno o sea malo, no es para 16 años (o para 20), sino para siempre. No es que, tanto si sale bien como si sale mal, no hay que preocuparse porque va a durar sólo 20 años. Es que, si sale bien como si sale mal, es para siempre, sin vuelta atrás. Esa es la cuestión. Y en eso, 16 años no son nada.
Queda claro, por tanto, que la comparación sólo iba por la proporción de habitantes y sus posibles consecuencias, cosa para la que sigue siendo válida. Y cosa por la que ni "se pierde la calma" ni se "sacan los pies del tiesto".