Recuerdo cuando llagaba a la punta del caño, para mi, era otro clima, otro color del cielo, otro aroma distinto, otro paisaje inigualable.
Que infancia más pobre y más rica al mismo tiempo, no nos faltaba de nada, y carecíamos de todo, pero éramos felices, con el simple paseo en burro, ayudar a tu familia; andar desde el Alto-Aledo a la Punta del caño y viceversa.
Recuerdo que los que llegábamos de fuera, o por lo menos yo, solo queríamos sentirnos útiles, ayudar en las labores del campo, en las que realmente no podías, por la edad, el gran esfuerzo físico que se requería y que realmente no estabas acostumbrado.
Hoy que soy mayor, pienso lo que mi abuelo, mi familia y las generaciones sucesivas han tenido que padecer con el trabajo en el campo, yendo al tomate a mazarrón, al melocotón a Alhama, al extranjero y a tantos y tantos lugares, sufriendo las inclemencias del tiempo, trabajando de sol a sol y con unos jornales miserables. Yo esperaba en el pueblo durante el día y cuando llegabais ya siendo de noche, erais divertidos, amables, cariñosos, sonreíais y disfrutabais con los amigos y la familia, como si no hubiera pasado nada, como si no hubierais trabajado durante tantas horas expuestos al sol y al frío; sinceramente os admiraba, y al mismo tiempo me decía a mi mismo que yo era insignificante a vuestro lado; sinceramente no es peloteo, os admiraba por todo ello y no era el único había más gente que sentía lo mismo por vosotros y ahora ya no están, pero dejaron en mi, esa semilla que hace falta para admiraros, respetaros y desearos lo mejor.
Saludos cordiales para todos…….J.C……….
Que infancia más pobre y más rica al mismo tiempo, no nos faltaba de nada, y carecíamos de todo, pero éramos felices, con el simple paseo en burro, ayudar a tu familia; andar desde el Alto-Aledo a la Punta del caño y viceversa.
Recuerdo que los que llegábamos de fuera, o por lo menos yo, solo queríamos sentirnos útiles, ayudar en las labores del campo, en las que realmente no podías, por la edad, el gran esfuerzo físico que se requería y que realmente no estabas acostumbrado.
Hoy que soy mayor, pienso lo que mi abuelo, mi familia y las generaciones sucesivas han tenido que padecer con el trabajo en el campo, yendo al tomate a mazarrón, al melocotón a Alhama, al extranjero y a tantos y tantos lugares, sufriendo las inclemencias del tiempo, trabajando de sol a sol y con unos jornales miserables. Yo esperaba en el pueblo durante el día y cuando llegabais ya siendo de noche, erais divertidos, amables, cariñosos, sonreíais y disfrutabais con los amigos y la familia, como si no hubiera pasado nada, como si no hubierais trabajado durante tantas horas expuestos al sol y al frío; sinceramente os admiraba, y al mismo tiempo me decía a mi mismo que yo era insignificante a vuestro lado; sinceramente no es peloteo, os admiraba por todo ello y no era el único había más gente que sentía lo mismo por vosotros y ahora ya no están, pero dejaron en mi, esa semilla que hace falta para admiraros, respetaros y desearos lo mejor.
Saludos cordiales para todos…….J.C……….