LA PUEBLA DE LA SIERRA
LA PUEBLA DE LA SIERRA está situada a los pies de los cerros de la Mujer Muerta, en las estribaciones de Somosierra. Su término municipal, con 57, 7 km2. Es uno de los más extensos de la Comunidad de Madrid y, también de los más elevados donde encontramos la máxima altitud en el pico Porrejón de 1827m.
La sierra de la Puebla está formada por dos barreras montañosas que estructuran un valle encajonado, al fondo del cual discurre el río Puebla, en cuyas aguas vierten numerosos arroyos.
La topografía de la comarca ha condicionado el tradicional aislamiento de este núcleo urbano, que en invierno con las nieves queda aislada.
En la Puebla podemos observar amplios bosques en los fondos de valle y laderas de umbría; en las zonas altas de la sierra bosque mixto de pinos y robles, ya que cuando se hicieron las repoblaciones se respetaron los árboles existentes. Hacia el sur del municipio podemos contemplar la vegetación de ribera con singulares alisedas que contrastan con las laderas de monte bajo: jaras, cantueso y botoneras que cubren el paisaje de vistosos colores en primavera.
LA PUEBLA DE LA SIERRA está situada a los pies de los cerros de la Mujer Muerta, en las estribaciones de Somosierra. Su término municipal, con 57, 7 km2. Es uno de los más extensos de la Comunidad de Madrid y, también de los más elevados donde encontramos la máxima altitud en el pico Porrejón de 1827m.
La sierra de la Puebla está formada por dos barreras montañosas que estructuran un valle encajonado, al fondo del cual discurre el río Puebla, en cuyas aguas vierten numerosos arroyos.
La topografía de la comarca ha condicionado el tradicional aislamiento de este núcleo urbano, que en invierno con las nieves queda aislada.
En la Puebla podemos observar amplios bosques en los fondos de valle y laderas de umbría; en las zonas altas de la sierra bosque mixto de pinos y robles, ya que cuando se hicieron las repoblaciones se respetaron los árboles existentes. Hacia el sur del municipio podemos contemplar la vegetación de ribera con singulares alisedas que contrastan con las laderas de monte bajo: jaras, cantueso y botoneras que cubren el paisaje de vistosos colores en primavera.
