PEñALACABRA (1834 m.)
Peñalacabra es la cumbre culminante del cordal que delimita el valle de la Puebla por occidente. Pertenece por lo tanto a la Sierra de la Puebla, dentro de la llamada Sierra Pobre o, últimamente, Sierra Norte de Madrid.
Dicha cumbre tiene forma aplanada y en su extremo norte se levanta el pequeño cono cimero donde se sitúa un vértice geodésico, destaca sobre las cumbres que la rodean, siendo visible y reconocible desde gran distancia. Sus abruptas paredes occidentales, con casi mil metros de caída sobre el profundo barranco del río Riato, presentan un impresionante aspecto y parecen bastante difíciles de remontar. Por la vertiente oriental, sin embargo, la pendiente se dulcifica bastante, y no se presentan obstáculos notables para transitar por ella. En cualquier caso, la ladera norte es la que resulta más fácil de subir, y por allí discurre nuestro itinerario.
Desde el mismo puerto de la Puebla, nos situaremos en la divisoria de aguas del cordal que va hacia el sur, avanzando en esta dirección. No hay un camino marcado, pero no hay dificultad alguna para progresar por terreno despejado, con subida apenas perceptible. Por nuestra derecha llegan casi hasta la divisoria los pinos de repoblación que trepan por la ladera que da a Prádena. Hacia la izquierda se domina el valle de la Puebla, divisando a lo lejos las casas de este pueblo.
Enseguida pasamos por debajo de la pequeña línea eléctrica que cruza la sierra en dirección a la Puebla y unos metros más adelante junto a un repetidor de telefonía móvil. En el suelo comienza a aflorar un canchal, pero siempre se encuentra paso fácil por el lado oeste, vertiente de Prádena.
En menos de media hora se alcanza la cima poco destacada pero rocosa del Cerro Portezuela ( 1751 m.; 20 min.), pasando por una brecha entre rocas, casi en la cumbre misma. Nada más pasar esta cumbre, se comienza a descender suavemente, por una loma empradizada, en dirección a Peñalacabra, cuyas abruptas paredes vemos bastante cerca. Algo más adelante, a la derecha de esta loma, hay una pequeña estación meteorológica.
Tras un breve descenso por una ladera herbosa, llegamos a un collado poco marcado, por el que cruza una pista forestal con aspecto de poco transitada, en diagonal de derecha a izquierda ( collado de la Tiesa, 1700 m; 35 min). Atravesamos esta pista y continuamos descendiendo por la loma, en dirección a un espolón rocoso que vemos al pie de Peñalacabra, a cuya derecha se divisa una canal o rampa ancha, inclinada y herbosa, que lo separa de las paredes de Peñalacabra.
Al llegar a los primeros escalones del espolón (50 min desde el inicio ), los rodearemos hacia la derecha, para ganar altura por la mencionada canal de hierba, sin dificultad alguna, hasta alcanzar una especie de falso collado, justo en la divisoria de aguas, desde donde se tiene una estupenda vista panorámica sobre el caserío de la Puebla, que aparece casi a nuestros pies. (1760 m;1 h 5 min).
Desde este punto se puede alcanzar la cumbre subiendo directamente por la pedrera que tenemos a la derecha, o más cómodo, rodeando la parte rocosa por la ladera que da a la Puebla al mismo tiempo que ganamos altura. Esta ladera está cubierta por matorral poco espeso, entre el que se desarrolla una senda borrosa, hasta alcanzar la parte final, empradizada y algo más pendiente, por la que alcanzaremos directamente la cumbre, en la que hay un vértice geodésico del y.G.no. (1834 m; 1h 15 min a 1h y media desde el puerto).
Impresionantes vistas en todas direcciones, que por sí solas justifican esta ascensión.
El camino de vuelta lo emprendemos por el mismo que el de la subida.
Peñalacabra es la cumbre culminante del cordal que delimita el valle de la Puebla por occidente. Pertenece por lo tanto a la Sierra de la Puebla, dentro de la llamada Sierra Pobre o, últimamente, Sierra Norte de Madrid.
Dicha cumbre tiene forma aplanada y en su extremo norte se levanta el pequeño cono cimero donde se sitúa un vértice geodésico, destaca sobre las cumbres que la rodean, siendo visible y reconocible desde gran distancia. Sus abruptas paredes occidentales, con casi mil metros de caída sobre el profundo barranco del río Riato, presentan un impresionante aspecto y parecen bastante difíciles de remontar. Por la vertiente oriental, sin embargo, la pendiente se dulcifica bastante, y no se presentan obstáculos notables para transitar por ella. En cualquier caso, la ladera norte es la que resulta más fácil de subir, y por allí discurre nuestro itinerario.
Desde el mismo puerto de la Puebla, nos situaremos en la divisoria de aguas del cordal que va hacia el sur, avanzando en esta dirección. No hay un camino marcado, pero no hay dificultad alguna para progresar por terreno despejado, con subida apenas perceptible. Por nuestra derecha llegan casi hasta la divisoria los pinos de repoblación que trepan por la ladera que da a Prádena. Hacia la izquierda se domina el valle de la Puebla, divisando a lo lejos las casas de este pueblo.
Enseguida pasamos por debajo de la pequeña línea eléctrica que cruza la sierra en dirección a la Puebla y unos metros más adelante junto a un repetidor de telefonía móvil. En el suelo comienza a aflorar un canchal, pero siempre se encuentra paso fácil por el lado oeste, vertiente de Prádena.
En menos de media hora se alcanza la cima poco destacada pero rocosa del Cerro Portezuela ( 1751 m.; 20 min.), pasando por una brecha entre rocas, casi en la cumbre misma. Nada más pasar esta cumbre, se comienza a descender suavemente, por una loma empradizada, en dirección a Peñalacabra, cuyas abruptas paredes vemos bastante cerca. Algo más adelante, a la derecha de esta loma, hay una pequeña estación meteorológica.
Tras un breve descenso por una ladera herbosa, llegamos a un collado poco marcado, por el que cruza una pista forestal con aspecto de poco transitada, en diagonal de derecha a izquierda ( collado de la Tiesa, 1700 m; 35 min). Atravesamos esta pista y continuamos descendiendo por la loma, en dirección a un espolón rocoso que vemos al pie de Peñalacabra, a cuya derecha se divisa una canal o rampa ancha, inclinada y herbosa, que lo separa de las paredes de Peñalacabra.
Al llegar a los primeros escalones del espolón (50 min desde el inicio ), los rodearemos hacia la derecha, para ganar altura por la mencionada canal de hierba, sin dificultad alguna, hasta alcanzar una especie de falso collado, justo en la divisoria de aguas, desde donde se tiene una estupenda vista panorámica sobre el caserío de la Puebla, que aparece casi a nuestros pies. (1760 m;1 h 5 min).
Desde este punto se puede alcanzar la cumbre subiendo directamente por la pedrera que tenemos a la derecha, o más cómodo, rodeando la parte rocosa por la ladera que da a la Puebla al mismo tiempo que ganamos altura. Esta ladera está cubierta por matorral poco espeso, entre el que se desarrolla una senda borrosa, hasta alcanzar la parte final, empradizada y algo más pendiente, por la que alcanzaremos directamente la cumbre, en la que hay un vértice geodésico del y.G.no. (1834 m; 1h 15 min a 1h y media desde el puerto).
Impresionantes vistas en todas direcciones, que por sí solas justifican esta ascensión.
El camino de vuelta lo emprendemos por el mismo que el de la subida.