La cubierta del edificio (forma de artesa) es totalmente dispar frente a lo común del románico. En lugar de cubrirse con la característica bóveda de cañon o medio punto, lo hace con la típica cubierta mudéjar, sencilla y elemental, pero modélica. Aún cuando la actual es de reciente restauración, responde fielmente a la anterior.
Es la típica cubierta de armadura de parhilera y nudillo, y forma un magnífico harneruelo; el conjunto descansa sobre su correpondiente solera, se remata en la hilera, y sobre este armazón descansa el tablazón, base del tejado.
Es la típica cubierta de armadura de parhilera y nudillo, y forma un magnífico harneruelo; el conjunto descansa sobre su correpondiente solera, se remata en la hilera, y sobre este armazón descansa el tablazón, base del tejado.
