RUTA 1- Caminando por los Llanos y los Lomos
Después de dar una vuelta por el pueblo y hacer una visita obligada al potro, detrás del "toril", hoy reconstruido y utilizado como apartamento, nos dirigimos hacia un curioso huerto urbano, con unos hermosos laureles. Desde aquí podemos girar a la calle del Carbón, desde donde parte el camino de los Llanos.
La senda atraviesa unos prados de siega, después de pasar un zarzo, junto a unos nuevos chales. Caminando por los prados podemos ver una atractiva panorámica del vecino pueblo de Montejo y su sierra. Continuamos y atravesamos un bosquete de melojos que rodean y marcan los linderos de estos prados de siega pocos metros antes de llegar al cruce de caminos (baliza noº4). En este punto debemos tomar el camino de los Lomos que gira a la izquierda.
La senda pasa junto a una alameda que sombrea este camino limitado por los característicos muros de piedra. Junto a los vallados crecen ciruelos silvestres y boneteros formando atractivos setos verdes.
El camino continúa angosto y sombreado entre fincas valladas, algunas cultivadas y regadas por el agua conducida por la reguera que discurre a nuestra izquierda, en una pequeña elevación sobre la senda. Junto a ésta y buscando la humedad se plantaban los nogales ya que su sombra no es muy recomendable dentro de la huerta.
A nuestra derecha veremos huertas utilizadas para la siega, con manzanos y perales que completaban la dieta y la economía de estas tierras fundamentalmente ganaderas.
Continuando por la senda y pasando otro zarzo volvemos a salir a la carretera, que nos llevará de vuelta a la plaza del pueblo.
Después de dar una vuelta por el pueblo y hacer una visita obligada al potro, detrás del "toril", hoy reconstruido y utilizado como apartamento, nos dirigimos hacia un curioso huerto urbano, con unos hermosos laureles. Desde aquí podemos girar a la calle del Carbón, desde donde parte el camino de los Llanos.
La senda atraviesa unos prados de siega, después de pasar un zarzo, junto a unos nuevos chales. Caminando por los prados podemos ver una atractiva panorámica del vecino pueblo de Montejo y su sierra. Continuamos y atravesamos un bosquete de melojos que rodean y marcan los linderos de estos prados de siega pocos metros antes de llegar al cruce de caminos (baliza noº4). En este punto debemos tomar el camino de los Lomos que gira a la izquierda.
La senda pasa junto a una alameda que sombrea este camino limitado por los característicos muros de piedra. Junto a los vallados crecen ciruelos silvestres y boneteros formando atractivos setos verdes.
El camino continúa angosto y sombreado entre fincas valladas, algunas cultivadas y regadas por el agua conducida por la reguera que discurre a nuestra izquierda, en una pequeña elevación sobre la senda. Junto a ésta y buscando la humedad se plantaban los nogales ya que su sombra no es muy recomendable dentro de la huerta.
A nuestra derecha veremos huertas utilizadas para la siega, con manzanos y perales que completaban la dieta y la economía de estas tierras fundamentalmente ganaderas.
Continuando por la senda y pasando otro zarzo volvemos a salir a la carretera, que nos llevará de vuelta a la plaza del pueblo.