RUTA 3- Por la Cañada de las Merinas.
El principio de este recorrido coincide con la de la ruta-2 hasta llegar a la baliza noº 2, donde tomaremos el camino que sube por una loma y que pasa junto a unos antiguos tinados.
Después debemos atravesar un zarzo y comenzaremos a subir por la senda , con la tapia a nuestra derecha; luego que crucemos el arroyo del Pozo, estaremos subiendo por la senda del "Mártir González". Pasaremos una estrecha calleja entre dos fincas y atravesaremos unos bonitos prados con abundantes cantuesos y botoneras. Una tapia, a nuestra derecha, nos indicará el camino hasta que nos crucemos con la reguera de Paredes.
Esta reguera recoge agua en el valle de la Hiruela y recorre una larga distancia hasta llegar a Paredes, donde se aprovecha para el riego de los prados en primavera, ya que en verano se seca.
Al final de una explanada donde el camino prácticamente desaparece caminaremos hacia un rodal de robles (que será nuestra de referencia), desde donde giraremos a la derecha para seguir la pista que baja por una suave pendiente hasta una amplia llanada con frescos prados, rosales y juncos.
Continúa nuestro camino hasta volver a cruzar la reguera de Paredes, junto a unas ruinas de tinados; allí cogemos la senda que discurre paralela a la reguera y que nos acompañará una buena parte del camino (800 m.).
La siguiente baliza nos marca la bajada hasta un pinar (posibilidad de enlazar con la ruta-2), que dejaremos a nuestra derecha. Comenzamos a bajar por el camino hasta cruzar el arroyo de las Morneras y alcanzar la Cañada de las Merinas. ésta era un cordel de la Cañada Real que iba por la ladera de la sierra que tenemos a nuestra izquierda, debajo de la repoblación de pinar.
La Cañada de las Merinas rodea prados y dehesas, y después de pasar unas vaguadas con álamos (tendremos como referencia la valla de piedra a nuestra derecha), llegamos a una de las fuentes-abrevaderos que utiliza el ganado. El lugar es fresco y la sombra de un gran peral y unos melojos que lo rodean, nos invita a detenernos un rato.
Una vez hecho el descenso, comenzaremos a ascender por el lomo de las Rozas hasta un gran establo con tejado únicamente de canales y paredes de piedra seca (las construcciones para el ganado normalmente se hacían sin barro). Este tipo de tejado nos recuerda a los de la vecina Segovia pero en esta zona solo se utiliza en los pajares o cuadras. Desde este punto podemos disfrutar de una panorámica de la sierra y del valle del Lozoya.
Sin dejar la senda llegamos a la segunda fuente de nuestro itinerario, rodeada de fresnos, majuelos y arraclanes. Después subimos pegados a la tapia y llegaremos a unas amplias praderas de manzanilla, tomillos y cantuesos que rodean la "Dehesa de Ana Gutiérrez".
El camino rodea el Cerro de la Cabeza y nos lleva hasta un zarzo; pasando el arroyo de los Santillos, llegamos a la zona del "Descansadero de Ganado", donde enlazaremos con la Ruta-2 para llegar hasta el pueblo.
El principio de este recorrido coincide con la de la ruta-2 hasta llegar a la baliza noº 2, donde tomaremos el camino que sube por una loma y que pasa junto a unos antiguos tinados.
Después debemos atravesar un zarzo y comenzaremos a subir por la senda , con la tapia a nuestra derecha; luego que crucemos el arroyo del Pozo, estaremos subiendo por la senda del "Mártir González". Pasaremos una estrecha calleja entre dos fincas y atravesaremos unos bonitos prados con abundantes cantuesos y botoneras. Una tapia, a nuestra derecha, nos indicará el camino hasta que nos crucemos con la reguera de Paredes.
Esta reguera recoge agua en el valle de la Hiruela y recorre una larga distancia hasta llegar a Paredes, donde se aprovecha para el riego de los prados en primavera, ya que en verano se seca.
Al final de una explanada donde el camino prácticamente desaparece caminaremos hacia un rodal de robles (que será nuestra de referencia), desde donde giraremos a la derecha para seguir la pista que baja por una suave pendiente hasta una amplia llanada con frescos prados, rosales y juncos.
Continúa nuestro camino hasta volver a cruzar la reguera de Paredes, junto a unas ruinas de tinados; allí cogemos la senda que discurre paralela a la reguera y que nos acompañará una buena parte del camino (800 m.).
La siguiente baliza nos marca la bajada hasta un pinar (posibilidad de enlazar con la ruta-2), que dejaremos a nuestra derecha. Comenzamos a bajar por el camino hasta cruzar el arroyo de las Morneras y alcanzar la Cañada de las Merinas. ésta era un cordel de la Cañada Real que iba por la ladera de la sierra que tenemos a nuestra izquierda, debajo de la repoblación de pinar.
La Cañada de las Merinas rodea prados y dehesas, y después de pasar unas vaguadas con álamos (tendremos como referencia la valla de piedra a nuestra derecha), llegamos a una de las fuentes-abrevaderos que utiliza el ganado. El lugar es fresco y la sombra de un gran peral y unos melojos que lo rodean, nos invita a detenernos un rato.
Una vez hecho el descenso, comenzaremos a ascender por el lomo de las Rozas hasta un gran establo con tejado únicamente de canales y paredes de piedra seca (las construcciones para el ganado normalmente se hacían sin barro). Este tipo de tejado nos recuerda a los de la vecina Segovia pero en esta zona solo se utiliza en los pajares o cuadras. Desde este punto podemos disfrutar de una panorámica de la sierra y del valle del Lozoya.
Sin dejar la senda llegamos a la segunda fuente de nuestro itinerario, rodeada de fresnos, majuelos y arraclanes. Después subimos pegados a la tapia y llegaremos a unas amplias praderas de manzanilla, tomillos y cantuesos que rodean la "Dehesa de Ana Gutiérrez".
El camino rodea el Cerro de la Cabeza y nos lleva hasta un zarzo; pasando el arroyo de los Santillos, llegamos a la zona del "Descansadero de Ganado", donde enlazaremos con la Ruta-2 para llegar hasta el pueblo.