Las piezas más notables del vestíbulo son las siete
puertas que permiten la entrada al recinto, que fueron talladas en madera de
nogal en el siglo XIX. Se deben a Agustín Mustieles, perteneciente a la
Casa de Juan Guas, quien utilizó modelos de Antonio Varela, de inspiración
gótico-renacentista, sobre diferentes escenas bíblicas.
Entre los relieves más destacados, cabe citar los que figuran en las tres puertas centrales, con una representación de
Cristo crucificado con la Fe y la Esperanza a sus pies y, a ambos lados, los dos ladrones del
Calvario.