"Caza del jabalí". Galería de las Colecciones Reales, MADRID

La Galería de las Colecciones Reales
ES
Abrir metabuscador
menu
OBRAS
En esta página
Presentación
Autores y coleccionistas
La obra en contexto
Subir
Caza del jabalí

GOYA Y LUCIENTES, FRANCISCO DE

HACIA 1775

Bajar
Caza del jabalí
GOYA Y LUCIENTES, FRANCISCO DE
HACIA 1775
La culminación y envío por parte de Francisco de Goya de la serie de nueve cartones de tapices, destinados al comedor de los príncipes de Asturias en el Palacio de San Lorenzo de El Escorial, fue rápida. Se realizó en dos tandas de cinco y cuatro cartones o bocetos entre mayo y octubre de 1775. Esta premura tuvo como consecuencia la materialización del conjunto en un corto espacio de tiempo. Con seguridad, los paños debieron adornar las estancias reales pocos años después, siempre antes de 1783, tal y como se desprende de la documentación de los pagos a la Real Fábrica de Tapices. Aunque estamos ante el primer conjunto terminado del pintor aragonés, y no se puede decir que pertenezca a una idea totalmente suya, hay aspectos de gran complejidad técnica que anuncian el artista en el que se convertirá con el paso del tiempo.

Esta escena de caza al aire libre y con varios grupos de figuras humanas y animales, posee un interesante juego de luces y sombras en el paisaje realizado. También contiene una destacable gama cromática en el pelaje de los animales, que se ha reproducido con gran maestría por los miembros del real taller de tapicería, que se quejaban de lo difícil que era plasmar estas pericias de Goya. Además de estos aspectos generales, es interesante destacar el gusto por la individualización de los rostros o las diferentes ropas de los personajes, que juegan con gradaciones tonales que hacen distinguir al espectador entre texturas y calidades en las vestimentas. A todos estos aspectos, debemos sumar el gusto del artista de Fuendetodos por el estudio de los detalles más inesperados, que aportan personalidad y dinamismo a la escena, como la ejecución de hebillas o botones en los calzados de los cazadores, así como los diferentes tipos de armas, que, como ya señala Álvaro Soler, poseen una gran precisión descriptiva, al no repetir ni mezclar modelos de arcabuces y en los que se aprecia un gran conocimiento de este arte de la caza por parte de Goya, quien también era cazador.

La representación de este tema no era una cuestión trivial y respondía a la importancia que se daba desde antiguo a esta práctica. No solo se buscaba una diversión de los reyes y su corte, ni una válvula de escape para aquellos problemas derivados del gobierno del país. La caza era un acto protocolario e incluso de estrategia marcial, que servía de fuente de aprendizaje y conocimiento para príncipes. Por eso, esta serie de tapices tenía su razón de ser en un lugar como el comedor de los príncipes, al ser un lugar lúdico, pero no abandonando la cuestión didáctica y moralizante que se buscaba. La sala original cambió mucho con el paso del tiempo, en especial con Carlos IV (1748-1819), quien la modificó y cambió de sitio estos tapices.
(24 de Noviembre de 2023)