Cómoda de la época del rey Carlos III. Galería de las Colecciones Reales, MADRID

Cómoda
GASPARINI, MATTIA
1764-1769
En 1764, el rey Carlos III habitó, por vez primera, el Palacio Real Nuevo de Madrid. Dentro de su «cuarto», ubicado en el ángulo suroeste del edificio, se encontraba la Pieza de Vestir o de Parada y, junto a ella, un conjunto de tres gabinetes destinados al trabajo del rey. Para este conjunto de habitaciones, el italiano Mattia Gasparini, venido de Nápoles con el monarca, diseñó un conjunto decorativo que abarcaba desde el mobiliario a las decoraciones fijas. La magnitud de tan amplio proyecto decorativo dio lugar a la creación de los talleres de ebanistería, bronces y bordados, quedando a la cabeza del primero de ellos el ebanista alemán José Canops.

De los tres citados gabinetes, destacaba el central, denominado «despacho secreto» en el Inventario del Oficio de Furriera de 1776. Para esta pequeña estancia, Gasparini ideó una riquísima boiserie a juego con un conjunto mueble, compuesto por un escritorio de tambor, un sillón, una pantalla de chimenea, dos papeleras, cuatro cómodas grandes y una de tamaño inferior, si bien algunas piezas mudaron de lugar pocos años después, además de crearse otras tantas. Entre las piezas elaboradas en el taller de Canops, también conocido como «de los alemanes», se encontraba esta cómoda, utilizada desde 1788 por la reina María Luisa de Parma y que abandonó, en algún momento del siglo XIX, el Palacio Real de Madrid. La pieza ha sido recientemente recuperada, tras subastarse en la casa Christie’s de Nueva York, para las colecciones reales de Patrimonio Nacional.

El mueble, de líneas sinuosas y amplios volúmenes, está realizado en las mejores maderas: aquellas traídas directamente de América y conocidas como «de Yndias». La estructura de nogal español incluye, en su interior, distintos cajones ocultos tras el friso superior, que se libera accionando una pestaña ubicada dentro del espacio del cajón superior. Todo ello queda cubierto por una riquísima marquetería de maderas finas, en la que se insertan, sobre un fondo de losanges, distintos elementos decorativos, donde se deja sentir la influencia oriental del mueble, tan de moda en la segunda mitad del siglo XVIII. Las peonías, protagonistas de la cómoda, se relacionaban en el ámbito real chino con la nobleza. Junto a ella, se despliegan las flores de loto, símbolo de pureza en el mundo budista, además de urracas y carpas, ligadas a la felicidad y la fortaleza respectivamente. Completan esta cómoda el tablero de mármol y las guarniciones de bronce dorado, estas últimas a cargo del broncista italiano Antonio Vendetti.
(24 de Noviembre de 2023)