Realizada en madera de
nogal tallada y teñida; madera de palosanto (interior), hierro, cuero, vidrio, terciopelo
bordado con hilo de plata.
La carroza perteneció a la reina Mariana de
Austria, segunda esposa de Felipe IV y regente durante la minoría de edad de su hijo Carlos II. Es uno de los ejemplos más antiguos que se conserva de lo se conoce como grand carrosse, un tipo de carruaje lujoso que
Francia puso de moda en todas las cortes europeas. Sigue en las cajas la tendencia imperante del ebonizao, que imita el ébano, y su prolija talla es propia del gusto barroco. Como novedad, estas carrozas presentaban la caja totalmente cerrada, con
ventanas acristaladas y una lanza de cuello de cisne que permitía que el vehículo girase en ángulo recto. La suspensión de la caja mejoraba mediante unos carreones de cuero o sopandas.