Calle Álvarez Gato.. También conocida como “El Callejón del Gato” Placa dedicada a Valle-Inclán, MADRID
Placa dedicada a Valle-Inclán.
Calle Álvarez Gato.
También conocida como “El Callejón del Gato”.
El callejón del Gato es un recóndito y fresco rincón situado en el centro-centro de Madrid.
El Callejón del Gato, fue famoso por sus espejos, e inspiró a Valle-Inclán para escribir su famosa obra “Luces de Bohemia” e inventar un género distinto: el esperpento. Pero los espejos que hoy se encuentran en la calle han cambiado mucho y no son los mismos que el escritor conoció.
Desde principios del siglo XX es una calle peatonal. Y lugar idóneo para pasear por ella y tomar alguna tapa, ración o cocido madrileño en cualquiera de sus legendarias “Tabernas con Sabor”, que te sorprenderán por el encanto de esa decoración tan original como vetusta, revestidas de madera o azulejos.
Existen varias leyendas sobre esta calle. Hay una que dice que aquí tuvo casa y corrales el mayordomo de Isabel la Católica, Juan Álvarez Gato, miembro de uno de los linajes más castizos de la Villa de Madrid (aunque hay historiadores que sitúan las casas de Álvarez Gato, junto a la torre de San Salvador, donde tuvo su primer establecimiento el Concejo de la Villa.
Otras leyendas populares remontan la relación del linaje de la familia Gato a una de las “heroicas” tomas de la fortaleza árabe que dio origen al núcleo urbano de Madrid. El protagonista fue un temerario escalador cristiano que, usando su cuchillo como improvisado piolet, trepó la muralla, indiferente a lo que le pudiera suceder por la acción defensiva de los “sarracenos”. Por aquella habilidad, sus camaradas, le pusieron el mote de El Gato. Al héroe, le gustó tanto el apodo que decidió tomarlo como apellido (Para quien no lo conozca, a los nacidos en Madrid, además de madrileños, se nos conoce como: “Gatos”, por aquella leyenda del escalador cristiano de la antigua muralla de Madrid).
Y bueno, hay muchas más leyendas sobre esta calle, y también sobre los gatos. Pero me quedo con lo de que esta calle es un recóndito y fresco rincón situado en el centro-centro de Madrid, donde es un gustazo el poder pasear por aquí y poder tomar unas ricas tapas, raciones o cocido madrileño.
Calle Álvarez Gato.
También conocida como “El Callejón del Gato”.
El callejón del Gato es un recóndito y fresco rincón situado en el centro-centro de Madrid.
El Callejón del Gato, fue famoso por sus espejos, e inspiró a Valle-Inclán para escribir su famosa obra “Luces de Bohemia” e inventar un género distinto: el esperpento. Pero los espejos que hoy se encuentran en la calle han cambiado mucho y no son los mismos que el escritor conoció.
Desde principios del siglo XX es una calle peatonal. Y lugar idóneo para pasear por ella y tomar alguna tapa, ración o cocido madrileño en cualquiera de sus legendarias “Tabernas con Sabor”, que te sorprenderán por el encanto de esa decoración tan original como vetusta, revestidas de madera o azulejos.
Existen varias leyendas sobre esta calle. Hay una que dice que aquí tuvo casa y corrales el mayordomo de Isabel la Católica, Juan Álvarez Gato, miembro de uno de los linajes más castizos de la Villa de Madrid (aunque hay historiadores que sitúan las casas de Álvarez Gato, junto a la torre de San Salvador, donde tuvo su primer establecimiento el Concejo de la Villa.
Otras leyendas populares remontan la relación del linaje de la familia Gato a una de las “heroicas” tomas de la fortaleza árabe que dio origen al núcleo urbano de Madrid. El protagonista fue un temerario escalador cristiano que, usando su cuchillo como improvisado piolet, trepó la muralla, indiferente a lo que le pudiera suceder por la acción defensiva de los “sarracenos”. Por aquella habilidad, sus camaradas, le pusieron el mote de El Gato. Al héroe, le gustó tanto el apodo que decidió tomarlo como apellido (Para quien no lo conozca, a los nacidos en Madrid, además de madrileños, se nos conoce como: “Gatos”, por aquella leyenda del escalador cristiano de la antigua muralla de Madrid).
Y bueno, hay muchas más leyendas sobre esta calle, y también sobre los gatos. Pero me quedo con lo de que esta calle es un recóndito y fresco rincón situado en el centro-centro de Madrid, donde es un gustazo el poder pasear por aquí y poder tomar unas ricas tapas, raciones o cocido madrileño.