Buzones de Correos. Palacio de Correos. Paseo del Prado, MADRID

Buzones de Correos.
Palacio de Correos.
Paseo del Prado.

El Palacio de Correos es uno de los edificios más impresionantes de Madrid. Y quizá por eso sea el lugar de la ciudad donde más fotografías hacemos, tanto de día como de noche.
En el paseo del Prado, en la parte exterior del Palacio, hay unos grandes buzones dorados numerados y con el nombre de algunas provincias españolas.
Ya nadie echa allí las cartas con su sello incluido, y casi casi se han quedado inservibles, pero ahí permanecen todavía, anclados al tiempo… un tiempo, quizá ya algo lejano. Pero son toda una belleza, y a los que en su día los utilizábamos, nos trae muy buenos recuerdos de lo que fue el originariamente Palacio de Correos, y nos lleva a una época en el que el mundo era otro, muy distinto al actual, donde no existían los teléfonos móviles, los WhatsApps o el Facebook…
Estos buzones están repletos de historias. Historias escritas, que si los antiguos buzones nos contaran…

Palacio de Correos y Fuente de Cibeles.
Plaza de Cibeles.

El Palacio de Comunicaciones fue inaugurado el 14 de marzo de 1919. Al acto acudió la flor y nata de la sociedad del momento, con el rey Alfonso XIII a la cabeza. Entonces se denominaba Palacio de Telecomunicaciones, ya que su función, era la de albergar todo el entramado que significaba el manejo del correo postal, telegráfico y telefónico, según la tecnología de aquellos años.
Es el edificio más emblemático de Madrid, tanto, que los que habéis venido a Madrid alguna vez, seguramente os habéis hecho una foto en esta plaza con este edificio de fondo, y veréis que esta foto es muy parecida a las vuestras.
Este Palacio fue diseñado por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi. Las obras comenzaron en 1904 con un presupuesto inicial de 4.500.000 pesetas, que pronto se revelaría insuficiente, y se prolongaron hasta 1917, debido fundamentalmente a las notables dimensiones del edificio, que ocuparía una superficie total de 12.207 metros cuadrados y alcanzaría un coste de 10.311.860 pesetas de las de entonces.
El edificio fue concebido con criterios de racionalidad y funcionalidad, su gran patio interior facilitaba el tránsito hacia los servicios generales de correos, telégrafos y de telefonía que se instalaron en la planta baja, mientras que las plantas superiores se reservaron para tareas administrativas, las oficinas de la dirección, la cartería y una sala de telégrafos que conectaba directamente con la antena del edificio, que alcanzaba nada menos que 70 metros de altura.
En el año 2005 se comienza a rehabilitar este edificio (dirigido por el arquitecto Francisco Rodríguez Partearroyo), y después de varias fases, se reinaugura en el 2011.
En la actualidad alberga tres sedes: la Alcaldía de Madrid, Correos y el CentroCentro. Y si lo visitas, no te pierdas el subir al Mirador de su último piso, que se abrió al público para que el pueblo de Madrid pueda disfrutar de su uso y sus preciosas vistas.
Recordad que los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi fueron los que diseñaron gran parte de las principales edificaciones del Madrid de principios del siglo XX, entre los que cabe destacar el Hospital de Jornaleros de Maudes, el Banco Español del Río de la Plata (sede actual del Instituto Cervantes) y las primeras estaciones del metro.

Fuente de Cibeles.
Plaza de Cibeles.

Situada en el centro de la ciudad, en el cruce entre el paseo del Prado-Recoletos y la calle Alcalá, la plaza de Cibeles es uno de los espacios más representativos de Madrid. La plaza está presidida por una hermosa fuente y flanqueada por cuatro palacios imponentes construidos entre finales del siglo XVIII y principios del XX.
La fuente representa a la diosa Cibeles sobre un carro tirado por leones.
Fue diseñada por Ventura Rodríguez que encomendó su realización a Francisco Gutiérrez, éste realizó la diosa y el carro, mientras que Roberto Michel se encargó de los leones.
En sus inicios, la fuente cumplió con su cometido de abastecer de agua a los madrileños. En 1895 fue trasladada hasta el centro de la plaza y pasó a convertirse en un bellísimo elemento decorativo y un icono de la ciudad.