Mercado de
San Fernando.
c/ Embajadores, 41.
El Mercado Municipal de San Fernando se encuentra en el oficial
barrio de Embajadores y oficioso barrio de Lavapiés, en una zona con intensa actividad comercial debido a la proximidad de El Rastro (el mayor mercado ambulante de
Madrid).
En el año 1944 se inaugura el Mercado de San Fernando. Diseñado por el arquitecto Casto Fernández-Shaw, el
edificio muestra cierta monumentalidad en su
fachada exterior, que recuerda la
arquitectura palaciega y representativa de los Austrias. Su interior, se articula con una estructura moderna mediante seis
bóvedas rebajadas y longitudinales que permiten la correcta iluminación y ventilación del espacio, pasillos trazados como si de
calles se tratara y una
plaza en el centro del Mercado.
En las últimas décadas el Mercado sufrió una serie de transformaciones:
-Entre 1998-99 se acometió una rehabilitación exterior e interior, manteniendo su fisonomía original, con puestos en ambas plantas. -En el 2007 se instaló en la segunda planta el Centro de Atención Primaria de Lavapiés
-En 2010 los comerciantes del Mercado de San Fernando decidieron publicitar el coste real de la concesión de los puestos y abrirlos a las diversas iniciativas de gente del barrio. A principios de 2013, todos los puestos de este Mercado se encontraban ya con plena actividad.
-En octubre de 2014, el Mercado inició las obras de acondicionamiento y adecuación a normativa vigente.
Paseando por Lavapiés.
Lavapiés es uno de los
barrios más antiguos de Madrid, con más de 500 años de
antigüedad.
Lavapiés fue antaño el
barrio judío de Madrid. Su principal centro de actividad y
reunión era la Sinagoga, situada en el solar donde hoy día se encuentra la
Iglesia de San Lorenzo.
El barrio de Lavapiés se llama así debido al acto de ablución que realizaban los judíos antes de sus oraciones. Había una
fuente en la plaza donde éstos lavaban sus extremidades como purificación ritual antes de ir a la Sinagoga. De ahí el nombre de Lavapiés.
Tras la expulsión de los judíos en el siglo XV, algunas
familias judías se vieron en la necesidad de convertirse al catolicismo para mantenerse con vida. Esto también originó un proceso de cristianización del nombre de algunas de sus calles.