El semáforo. Un invento que ha hecho historia, MADRID

El semáforo.
Un invento que ha hecho historia.
Mundialmente conocido, es uno de los elementos más importantes de la Seguridad Vial y la regulación del tráfico. Todos vemos al semáforo como algo cotidiano en el paisaje urbano de nuestras calles o plazas, incluso para muchos de los viandantes, pasa muy desapercibido, sin pararse a pensar la importante función que realiza.
Esta invención, con el tiempo, ha ido evolucionando su tecnología, mejorando su rendimiento, fiabilidad y seguridad.
En Madrid, el primer semáforo se instaló hace casi un siglo. Y fue en este mismo punto que podéis ver en la foto. Junto al icónico Edificio Metrópolis (aunque ahora en obras de reforma, dicen que es el edificio más fotografiado de la capital).
Aunque nos parezca como algo “nuevo”, de esa época ya existen Bandos de la alcaldía de Madrid en los que nos “recomiendan” hacer un uso más racional de los coches privados por los problemas de aparcamiento para los vehículos que ya había en el centro de la ciudad y favorecer la utilización de los transportes públicos. También, para que las calles sean más seguras para los peatones.
En marzo de 1926, donde se juntan la calle de Alcalá, Gran Vía, Caballero de Gracia y Marqués de Valdeiglesias, se pusieron los primeros semáforos de la ciudad. Este lugar era de los más concurridos de la capital, pues aquí se encontraban los principales concesionarios de las grandes marcas de coches, y muy cerca, las sedes centrales de los principales bancos del país.
Se tuvo que explicar a los madrileños, por medio de la prensa de la época, el funcionamiento y para qué servía, aquel artilugio con luces rojas, ámbar y verdes, que hasta entonces era desconocido.
Cuentan que fue en Londres, en 1868, y en el exterior del Parlamento Británico, donde se emplazó el primer semáforo del mundo para controlar el tráfico nocturno, pero que realmente ni era un semáforo como lo conocemos actualmente ni era automático, pues era un agente de la policía, que de forma manual, sostenía dos lámparas de gas en sus manos, una de color verde y otra de color rojo, indicando si se permitía el paso o no. Aunque solo un par de meses duró este “invento”, pues un día estalló uno de esos faroles e hirió tan gravemente al policía que se ocupaba de su funcionamiento que falleció, y aquel “ingenio” fue abolido.
En 1914, se instaló en Cleveland (Estados Unidos) el primer semáforo eléctrico del mundo. Aunque solo tenía los colores rojo y verde.
En 1920, en Detroit, ya aparece un semáforo con tres colores, muy parecido a los actuales.
El primer semáforo “automático” que se colocó en Europa fue en Berlín (Alemania), en 1924.
Ha pasado más de un siglo, y los semáforos siguen regulando el tráfico de la tierra. Nos aseguran que la circulación pueda ser más fluida y segura, tanto para peatones como automovilistas.
¿Te imaginas una ciudad sin semáforos?