Antiguo Hospicio, MADRID

La fachada es una de las mejores muestras de arte barroco. Se levanta como una fachada retablo en torno a la puerta de acceso –un arco escarzano- y adquiere un movimiento ascendente culminando en un frontón partido con curvas y contracurvas.
En la portada se aprecian tres alturas diferentes: la inferior se organiza a través de unos cortinajes que enmarcan el acceso y se decoran con estípites, formas geométricas y vegetales. En la zona intermedia la decoración gira en torno a la escultura de Juan V. Ron; éste escultor sería el encargado de diseñar el programa iconográfico de todo el edificio el cual ensalza la figura del monarca como benefactor de los más desfavorecidos. El último cuerpo es de menor tamaño que los anteriores -el retranqueamiento de las alturas potencia aún más el dinamismo del conjunto- se organiza en torno a un ventanal con forma de óvalo que se dispone en el espacio central. La arquitectura de Pedro de Ribera desarrolla en la fachada del Real Hospicio tiene un fuerte componente teatral que el artista ha explotado a través del uso de diferentes perspectivas.
(3 de Diciembre de 2017)