En la
fuente, de trazado elíptico, aparecen arrodilladas dos ninfas desnudas portando sendos cántaros con los que derraman
agua al
pilón de abajo. Entre ellas, y para completar el conjunto, hay un surtidor vertical que lanza el agua a considerable altura. El autor de la parte arquitectónica fue Manuel Herrero
Palacios, siendo Antonio Campillo el
escultor de las ninfas.