LOS JABALIS RECUPERANDO SU TERRITORIO
Como si fuera una reconquista de su perdido territorio,
es posible que su vista no conciba ser demonio.
Los jabalís avanzando entre sombras de la noche
algunos perros ladrando quisieron lanzar su broche.
Sufrieron tiempos perdidos entre balas maldecidas,
y hoy que se sienten erguidos buscan las horas dormidas.
Arremeten con sus dientes los jardines del entorno,
y no quieren ser pacientes ni conocer el soborno.
Vienen buscando la tierra que tuvieron sus mayores,
olvidando aquella guerra entre fines destructores.
Vienen en grupos callando para iniciar reconquista,
y a su paso van dejando jardines que pierden pista.
En El Pardo van formando grupos que son muy valientes,
sus colmillos van brillando para asustar a las gentes.
Esta Sierra madrileña que sabe mucho de historia,
en la construcción se empeña queriendo anular memoria.
Jardines que fueron montes donde pastaron abuelos,
hoy solo quedan resortes al no crecer los ciruelos.
Jabalís entre las sombras de esas noches turbulentas,
donde sus daños te asombran cuando los verdes revientan.
Reconquistando el terreno que vivieron sus abuelos,
habrá quien sienta el veneno de que logren sus consuelos.
Los jabalís con sus dientes que parecen ser de acero,
se notan bellos y fuertes sin ser su camino austero.
Ya llegan de madrugada por algunas construcciones,
su vida sigue embarcada en gozar de sus razones.
G X Cantalapiedra. 20 – 7 – 2025.
Como si fuera una reconquista de su perdido territorio,
es posible que su vista no conciba ser demonio.
Los jabalís avanzando entre sombras de la noche
algunos perros ladrando quisieron lanzar su broche.
Sufrieron tiempos perdidos entre balas maldecidas,
y hoy que se sienten erguidos buscan las horas dormidas.
Arremeten con sus dientes los jardines del entorno,
y no quieren ser pacientes ni conocer el soborno.
Vienen buscando la tierra que tuvieron sus mayores,
olvidando aquella guerra entre fines destructores.
Vienen en grupos callando para iniciar reconquista,
y a su paso van dejando jardines que pierden pista.
En El Pardo van formando grupos que son muy valientes,
sus colmillos van brillando para asustar a las gentes.
Esta Sierra madrileña que sabe mucho de historia,
en la construcción se empeña queriendo anular memoria.
Jardines que fueron montes donde pastaron abuelos,
hoy solo quedan resortes al no crecer los ciruelos.
Jabalís entre las sombras de esas noches turbulentas,
donde sus daños te asombran cuando los verdes revientan.
Reconquistando el terreno que vivieron sus abuelos,
habrá quien sienta el veneno de que logren sus consuelos.
Los jabalís con sus dientes que parecen ser de acero,
se notan bellos y fuertes sin ser su camino austero.
Ya llegan de madrugada por algunas construcciones,
su vida sigue embarcada en gozar de sus razones.
G X Cantalapiedra. 20 – 7 – 2025.