REGRESARON LOS FANTASMAS DE AQUEL MESÓN, DE JUERGAS Y DIVERSIÓN.
Aquel mesón famoso en su tiempo fue derribado y sobre su suelo se construyeron viviendas y un local comercial, con un garaje que parecía ocupar parte de su bodega, Aquel Barrio de Madrid estaba entonces en expansión, y los que fueron dueños de sus plazas de garaje, no sabían las entrañas de dicho mesón, incluso los que compraron sus viviendas tampoco conocían todo aquel entorno, Los fantasmas empezaron aparecer y dejarse notar, al iniciar una nueva instalación eléctrica de la luz interior, empezaron los fantasmas nocturnos a salir de su agazapado escondite, Fueron algunos dueños que se vieron sobrepasados, por dichos fantasmas, y personas que tenían alquiladas sus plazas, dejaron sin comentar sus encuentros de miedo aquel garaje, solamente decían que no les gustaban las sombras que producía la luz, También las ratas ayudaron hacer aquel lugar un sitio de ruidos alámbricos, que parece producían los dientes de esos roedores en las noches, Pronto el lugar se trató de callar su misterio, incluso se vendieron plazas por no entrar en aquel garaje por las noches, Hubo gente que con permiso de armas sacó su pistola para subir por su rampa al exterior, y algún cazador que madrugaba y cargaba su escopeta desafiando a los fantasmas, Las ratas de las alcantarillas de las calles parecía que visitaban ese lugar tranquilamente, y hasta en el cubo de la basura del garaje tenían su dormitorio, Más una noche a las doce de un domingo de hace unos 30, años, el miedo fue terrible, un señor que tenía una plaza alquilada, le quiso comprar a un dueño su plaza, y estando al lado del grifo del agua con su manguera, al querer cerrar el trato, la manguera salió disparada, sin tocarle a ninguno de los tres humanos que estaban dentro del garaje, ni siquiera aquel chorro de agua fuerte les mojo nada, El testigo pensó, esta es la fantasma de su esposa, que compro dicha plaza con su trabajo doméstico, y no quiere que este hombre se aproveche de su esfuerzo. Aquel trato nunca se realizó, quedo nulo, aunque antes ya se habían muerto alguno de los dueños de dichas plazas, Personas que sin ser muy mayores fallecían, cada uno de su problema de salud, que nadie sabia que les tenia en lista. Fueron años temerosos, solo un dueño bajaba al garaje sin dar la llave de la luz, quizá se hizo amigo de ratas y fantasmas, ya que llegaba algunos fines de semana al amanecer de su trabajo. Incluso ese señor que sacaba su pistola y tenía uso de armas, presentía que su final estaba cerca, como así fue, otra vez entre un policía y un guardia civil, se desafiaron por sentirse los que mandaban en dicho garaje, y las armas estaban encima de ambos, ya que era cuando el terrorismo no paraba, Ese garaje conoció de todo en su noches de ruidos extraños, y sus sombras pendencieras, se veían en las paredes, el testigo de aquel trato tuvo su aviso, ya que al dejar el coche aparcado un lunes a las dos de la madrugada, le pegaron un estacazo en el cuello, que le debió de doler bastante, él hombre aquel pensó en la oscuridad, esto es un aviso para que no cuente nada de lo del domingo por la noche, ya que se lo había contado a su esposa, aquel domingo del trato nulo. Los fantasmas parece que se han ido de dicho garaje, al tener nuevo piso asfaltado, luces nuevas, pintura nueva, y puerta levadiza eléctrica. Con puerta pequeña, todo un cumulo de cosas que hacen olvidar aquellos tiempos de los fantasmas en las noches serias y grises. Descansen en paz sus propietarios que la mayoría fallecieron. G X Cantalapiedra.
Aquel mesón famoso en su tiempo fue derribado y sobre su suelo se construyeron viviendas y un local comercial, con un garaje que parecía ocupar parte de su bodega, Aquel Barrio de Madrid estaba entonces en expansión, y los que fueron dueños de sus plazas de garaje, no sabían las entrañas de dicho mesón, incluso los que compraron sus viviendas tampoco conocían todo aquel entorno, Los fantasmas empezaron aparecer y dejarse notar, al iniciar una nueva instalación eléctrica de la luz interior, empezaron los fantasmas nocturnos a salir de su agazapado escondite, Fueron algunos dueños que se vieron sobrepasados, por dichos fantasmas, y personas que tenían alquiladas sus plazas, dejaron sin comentar sus encuentros de miedo aquel garaje, solamente decían que no les gustaban las sombras que producía la luz, También las ratas ayudaron hacer aquel lugar un sitio de ruidos alámbricos, que parece producían los dientes de esos roedores en las noches, Pronto el lugar se trató de callar su misterio, incluso se vendieron plazas por no entrar en aquel garaje por las noches, Hubo gente que con permiso de armas sacó su pistola para subir por su rampa al exterior, y algún cazador que madrugaba y cargaba su escopeta desafiando a los fantasmas, Las ratas de las alcantarillas de las calles parecía que visitaban ese lugar tranquilamente, y hasta en el cubo de la basura del garaje tenían su dormitorio, Más una noche a las doce de un domingo de hace unos 30, años, el miedo fue terrible, un señor que tenía una plaza alquilada, le quiso comprar a un dueño su plaza, y estando al lado del grifo del agua con su manguera, al querer cerrar el trato, la manguera salió disparada, sin tocarle a ninguno de los tres humanos que estaban dentro del garaje, ni siquiera aquel chorro de agua fuerte les mojo nada, El testigo pensó, esta es la fantasma de su esposa, que compro dicha plaza con su trabajo doméstico, y no quiere que este hombre se aproveche de su esfuerzo. Aquel trato nunca se realizó, quedo nulo, aunque antes ya se habían muerto alguno de los dueños de dichas plazas, Personas que sin ser muy mayores fallecían, cada uno de su problema de salud, que nadie sabia que les tenia en lista. Fueron años temerosos, solo un dueño bajaba al garaje sin dar la llave de la luz, quizá se hizo amigo de ratas y fantasmas, ya que llegaba algunos fines de semana al amanecer de su trabajo. Incluso ese señor que sacaba su pistola y tenía uso de armas, presentía que su final estaba cerca, como así fue, otra vez entre un policía y un guardia civil, se desafiaron por sentirse los que mandaban en dicho garaje, y las armas estaban encima de ambos, ya que era cuando el terrorismo no paraba, Ese garaje conoció de todo en su noches de ruidos extraños, y sus sombras pendencieras, se veían en las paredes, el testigo de aquel trato tuvo su aviso, ya que al dejar el coche aparcado un lunes a las dos de la madrugada, le pegaron un estacazo en el cuello, que le debió de doler bastante, él hombre aquel pensó en la oscuridad, esto es un aviso para que no cuente nada de lo del domingo por la noche, ya que se lo había contado a su esposa, aquel domingo del trato nulo. Los fantasmas parece que se han ido de dicho garaje, al tener nuevo piso asfaltado, luces nuevas, pintura nueva, y puerta levadiza eléctrica. Con puerta pequeña, todo un cumulo de cosas que hacen olvidar aquellos tiempos de los fantasmas en las noches serias y grises. Descansen en paz sus propietarios que la mayoría fallecieron. G X Cantalapiedra.