Le va a ofrecer un buen catálogo de ocurrencias preciosas, pero fundamentalmente, le va a observar a usted. Doy pues la bienvenida a LA KODORNIZ al emocionante territorio del humor, y mucho más ahora, cuando el termómetro se ha disparado de modo ardiente y aquí no hay quien viva. Vive los carnavales y su magia.